Lord Byron es uno de los grandes exponentes del romanticismo, algo que ya puede adivinarse en el esplendoroso retrato que le dedicó Thomas Phillips en 1813 y que ilustra esta entrada. En él se le puede ver vestido con el traje tradicional albanés, lo que nos recuerda su espíritu aventurero y su participación en las revoluciones italiana y griega, falleciendo de malaria en esta última.
Lord Byron nació con una pequeña deformidad en uno de sus pies que le provocaba una ligera cojera y que le hizo soportar muchas burlas y rechazos. Con los años logró disimularla algo haciéndola parecer un caminar excéntrico y al mismo tiempo distinguido.
Con la madurez supo aprender a defenderse de las ofensas que le procuraban y mantenía que "cuando un miembro se debilita siempre hay otro que lo compensa" y desde luego su ingenio era chispeante como demuestra la siguiente anécdota:
En cierta ocasión la duquesa de Devonshire, que era bizca le preguntó para zaherirle:
-"¿Cómo andáis, Milord?
- "Muy mal, Milady, ando como vos me veis" le respondió Lord Byron con estocada fina.
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