FRANCIS SCOTT FITZGERALD
EL GRAN GATSBY -1925- (Fragmentos)
"-Es que Daisy tiene una voz tan indiscreta… -observé-. Está llena de… vacilé
-Su voz está llena de dinero… -concluyó él de súbito.
Era cierto. Hasta entonces no lo había comprendido. Estaba llena de monedas; eso constituía el inagotable encanto que en ella ascendía y bajaba: el tintineo, la canción de los címbalos… En lo más alto de un blanco palacio, Daisy era la hija del rey, la muchacha de oro…"
(...)
" En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas. Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas. No añadió más, pero ambos no hemos sido nunca muy comunicativos dentro de nuestra habitual reserva, por lo cual comprendí que, con sus palabras, quería decir mucho más.
(...)
James Gatz era víctima de un mundo al que no pertenecía: ricos, seres descuidados e indiferentes, que aplastaban cosas y seres humanos, y luego se refugiaban en su dinero o en su amplia irreflexión.
(...)
Gatsby creía en el fastuoso futuro que año tras año retrocede ante nosotros. Aunque en este momento nos evite, no importa... Mañana correremos más rápido, estiraremos más los brazos... y un buen día..
Y así seguimos, luchando como barcos contra la corriente, atraídos incesantemente hacia el pasado. "
No exageraba mucho Scott Fitzgerald cuando en 1924, tras acabar "El Gran Gatsby" en la Riviera francesa, dijo a su editor: “he escrito la mejor novela de los Estados Unidos”. En realidad el reconocimiento le vino mucho después. Esta novela, en la que se condensa el espíritu de toda una época, de la ley seca, del primer jazz, de la alegría de vivir de esos locos años 20, de la efervescencia que viven los Estados Unidos tras una primera guerra mundial de la que salen como los grandes vencedores y en la que los ricos crecen como setas, resulta que a pesar de lo acertado de su retrato fue en su día un absoluto fracaso y Fitzgerald solo logró vender 24.000 ejemplares antes de morir 15 años después. La obra cayó en el olvido posteriormente hasta ser recuperada en los años 50, recibiendo un espaldarazo definitivo cuando fue llevada al cine en 1974 por Jack Clayton y en la que podemos disfrutar de las excelentes actuaciones de Robert Redford como Gatsby y Mia Farrow como Daisy. Hoy día la novela está considerada como una de las 100 mejores obras del siglo XX según la lista que en su día saco el periódico "Le Monde" e indiscutiblemente como una de las cumbres de la literatura norteamericana, una obra que ha fascinado a generaciones de lectores. En estos días llega a las pantallas una nueva versión cinematográfica de la novela con Leonardo di Caprio como protagonista… sinceramente no creo que sustituya a Robert Redford, como la imagen de Gatsby que todos tenemos ya en mente. Veremos el resultado con expectación.
La ilustración que aparece en el libro, como gentilmente nos apunta el amigo José Pablo Vergara es una aviso publicitario para "Arrow Dress Shirts and Collars" aparecido en 1929, obra de Joseph Christian Leyendecker, un gran ilustrador norteamericano de la primera mitad del siglo XX.
EL GRAN GATSBY -1925- (Fragmentos)
"-Es que Daisy tiene una voz tan indiscreta… -observé-. Está llena de… vacilé
-Su voz está llena de dinero… -concluyó él de súbito.
Era cierto. Hasta entonces no lo había comprendido. Estaba llena de monedas; eso constituía el inagotable encanto que en ella ascendía y bajaba: el tintineo, la canción de los címbalos… En lo más alto de un blanco palacio, Daisy era la hija del rey, la muchacha de oro…"
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" En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas. Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas. No añadió más, pero ambos no hemos sido nunca muy comunicativos dentro de nuestra habitual reserva, por lo cual comprendí que, con sus palabras, quería decir mucho más.
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James Gatz era víctima de un mundo al que no pertenecía: ricos, seres descuidados e indiferentes, que aplastaban cosas y seres humanos, y luego se refugiaban en su dinero o en su amplia irreflexión.
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Gatsby creía en el fastuoso futuro que año tras año retrocede ante nosotros. Aunque en este momento nos evite, no importa... Mañana correremos más rápido, estiraremos más los brazos... y un buen día..
Y así seguimos, luchando como barcos contra la corriente, atraídos incesantemente hacia el pasado. "
No exageraba mucho Scott Fitzgerald cuando en 1924, tras acabar "El Gran Gatsby" en la Riviera francesa, dijo a su editor: “he escrito la mejor novela de los Estados Unidos”. En realidad el reconocimiento le vino mucho después. Esta novela, en la que se condensa el espíritu de toda una época, de la ley seca, del primer jazz, de la alegría de vivir de esos locos años 20, de la efervescencia que viven los Estados Unidos tras una primera guerra mundial de la que salen como los grandes vencedores y en la que los ricos crecen como setas, resulta que a pesar de lo acertado de su retrato fue en su día un absoluto fracaso y Fitzgerald solo logró vender 24.000 ejemplares antes de morir 15 años después. La obra cayó en el olvido posteriormente hasta ser recuperada en los años 50, recibiendo un espaldarazo definitivo cuando fue llevada al cine en 1974 por Jack Clayton y en la que podemos disfrutar de las excelentes actuaciones de Robert Redford como Gatsby y Mia Farrow como Daisy. Hoy día la novela está considerada como una de las 100 mejores obras del siglo XX según la lista que en su día saco el periódico "Le Monde" e indiscutiblemente como una de las cumbres de la literatura norteamericana, una obra que ha fascinado a generaciones de lectores. En estos días llega a las pantallas una nueva versión cinematográfica de la novela con Leonardo di Caprio como protagonista… sinceramente no creo que sustituya a Robert Redford, como la imagen de Gatsby que todos tenemos ya en mente. Veremos el resultado con expectación.
La ilustración que aparece en el libro, como gentilmente nos apunta el amigo José Pablo Vergara es una aviso publicitario para "Arrow Dress Shirts and Collars" aparecido en 1929, obra de Joseph Christian Leyendecker, un gran ilustrador norteamericano de la primera mitad del siglo XX.