La estadounidense Sarah Chang, nacida en 1980, es una de esas maravillosas niñas prodigio que con tan sólo ocho añitos ya tocaba con gigantes de la talla de Zubin Mehta o Riccardo Muti y tenía un disco grabado con solo 9 años, pero desde luego no era de esos prodigios que luego solo quedan en promesa, muy al contrario, su arte con el violín no ha parado de crecer. Yehudi Menuhin dijo de ella: "La mas maravillosa, la más perfecta, la violinista más ideal que he escuchado", y para muestra un botón os la dejo en el vídeo tocando el exigente tercer movimiento del Concierto para violín op. 26 de Max Bruch. Toda una delicia.