Poco tiempo después de rodar "Gilda", Rita Hayworth, en la cima de su fama, hizo una visita a una leprosería de la isla hawaiana de Molokai. Después de recorrer todas las instalaciones y de ver a las monjas curar abnegadamente a personas aquejadas de lepra, se acercó a una de ellas que atendía a uno de los enfermos más afectados y le dijo:
- "Hermana, yo no haría un trabajo como el que ustedes hacen aquí ni por un millón de dólares"
La monjita volvió su rostro hacia la "top star" y dibujando una sonrisa en su cara le contestó:
-"Yo no lo haría por todos los millones del mundo"
- "¿Por qué lo hace entonces?" preguntó extrañada la Hayworth.
- "Por compasión", sentenció la monja.
Este bofetón verbal seguro que le hizo pensar más que aquel tan famoso que le propinara Glenn Ford en la película "Gilda".