Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..
No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.
No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.
Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina
El poema es obra de Miguel Hernández y pensaba al leerlo que muchos de ellos, cuando la musa es una mujer, no dejan de ser la sublimación de un piropo, algo así como el requiebro perfecto y armonioso a un ser del que se quiere enaltecer su belleza o sus cualidades. Con la tan "inusual" propuesta de eliminar los piropos de nuestras calles, y teniendo por cierto que algunos son ciertamente bochornosos y otros no tanto, espero que no se les ocurra poner coto también a la poesía, que si bien es el extremo culto de las flores que a veces se lanzan en la calle, no dejan de ser, en algunas ocasiones, galanterías de salón. Arriba vemos una foto de Mario di Biasi titulada "Los italianos se giran", tomada en Milan. ¿Que opinaría la mujer de blanco de los piropos?
A veces incluso hay piropos musicales como este ¡Ole Guapa! de Malando. Una maravilla musical:
A veces incluso hay piropos musicales como este ¡Ole Guapa! de Malando. Una maravilla musical: