¿Por qué querríais leer mi historia? ¿Nos conocemos? ¿Nos caemos bien? Os adelantaré algo ¿vale?
No soy un tío agradable, el encanto nunca ha sido una prioridad para mí. ¿Y qué queréis que os diga? Esta no es la historia caramelo del año. Si eres uno de esos que necesitan sentirse bien, ve a que te hagan un masaje en los pies. ¿Y qué demonios significa todo? Nada… cero… niente…
Nada conduce a nada y aún así no faltan idiotas que balbucean. Yo no, yo tengo visión. Hablo de ti, de tus amigos, de tus colegas, de tus periódicos, de la tele. A todo el mundo le encanta hablar lleno de desinformación de moralidad, ciencia, religión, política, deportes, amor, tus inversiones, tus hijos, tu salud. ¡Caray!, si tengo que comer nueve raciones de fruta y verdura al día para vivir no quiero vivir, odio la dichosa fruta y verdura, y tus omega 3, y la cinta de correr, y el cardiograma, y la mamografía y el sonograma pélvico y ¡Oh Dios mío!, la colonoscopia. Y con todo ello sigue llegando el día en que te meten en una caja y adelanta la próxima generación de idiotas que también te dirán todo sobre la vida y te definirán lo que es apropiado.
Veréis, mi padre se suicidó porque los periódicos de la mañana le deprimieron, pero ¿qué iba a hacer?, con el horror y la corrupción y la ignorancia y la pobreza y el genocidio y el sida y el calentamiento global y el terrorismo y los obsesos de los valores familiares y los locos de las armas. ¡Horror! , dijo Crusoe en el corazón de las tinieblas ¡Horror! Por suerte a Crusoe no le llevaban el Times a la selva. Ahí sí que habría visto el horror.
¿Pero qué vas a hacer? Lees sobre una masacre en Afganistán, un autobús escolar que explota y dices ¡Dios mío! ¡Qué horror!, y luego, luego pasas la página mientras terminas tus huevos de cultivo ecológico. ¿Y qué le vas a hacer?
Es sobrecogedor. Yo también intenté suicidarme, está claro que no salió bien. ¿Pero por qué vas a querer leer esto? ¡Caray!, ya tenéis vuestros problemas, seguro que estáis obsesionados con un montón de tristes esperanzas y sueños, vuestras vidas amorosas previsiblemente insatisfechas. Os han fallado unos negocios. Ojalá hubiera comprado esas acciones…
Ojalá, ojalá hubiera comprado esa casa hace años. Ojalá le hubiera tirado los tejos a esa mujer. Ojalá esto, ojalá lo otro. ¿Sabéis qué? Dejadme en paz con vuestro pudo y debió ser. Como decía siempre mi padre, “si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta” Mi madre no tenía ruedas, tenía varices. Pero esa mujer dio a luz una mente brillante.
Me propusieron para el premio Nobel de Física, no me lo dieron. Pero bueno… todo es política, como todos los falsos honores.
A propósito, no creáis que estoy amargado por culpa de mis contratiempos personales, por los principios de una civilización bárbara sin sentido…