Nunca la moda alcanzó tan altos vuelos y fue realmente alta costura como en esta fotografía que el alemán, nacionalizado estadounidense, Erwin Blumenfeld tomó de la modelo Lisa Fonssagrives en 1939. La razón de tan elaborada toma era el especial que la revista Vogue dedicó a los 50 años de la construcción de la Torre Eiffel, que es la estructura metálica en la que hace su temerario desfile de pasarela la modelo, luciendo un vaporoso vestido de Lucien Lelong.
No pueden evitarse las semejanzas con esas otras fotos de Ebbets o Salignac que nos mostraban aquellos obreros neoyorkinos trabajando en las alturas o descansando placida y despreocupadamente sobre aquellas estructuras de hierro, suspendidas en el vacío, solo que aquí las alturas son ocupadas por la moda y con resultados también muy atrayentes.
Erwin Blumenfeld tuvo una formación autodidacta en el mundo de la fotografía. Se movió con soltura en el movimiento dadaísta junto a Georg Grosz y en los últimos años treinta realizó un trabajo ciertamente combativo para con los nazis con fotomontajes experimentales, lo que le llevó a un campo de concentración en 1940. Por suerte logró escapar, se marchó a Estados Unidos y adoptó la nacionalidad de este país.
Pronto su forma de hacer llamó la atención de las revistas más prestigiosas de la época y sus fotos pudieron verse en publicaciones como Vogue, Harper's Bazaar, Cosmopolitan o Look, alcanzando un gran prestigio en el mundo de la moda, sin renunciar a su concepción surrealista y experimental de la fotografía.
Algunas fotos de este sensacional fotografo:
“Día y noche lo intento, en mi estudio, con sus seis soles de dos mil vatios, haciendo equilibrio entre los extremos de lo imposible, para soltar lo real de lo irreal, para dar visiones del cuerpo, para penetrar en claridades desconocidas.”
“Yo uso un truco para ablandar el rostro de la modelo antes de fotografiarla. Le pregunto: ¿Quieres casarte conmigo?”
“Yo era un amateur, soy un amateur, y tengo la intención de seguir siendo un aficionado. Para mí un fotógrafo aficionado es alguien que está enamorado de la toma de fotografías, un alma libre que puede fotografiar lo que le gusta y que le gusta lo que fotografía. Por definición soy un amateur, por lo que es la definición que acepto.”
“En el inicio de una sesión, primero tengo que tener una idea de lo que estoy tratando de hacer. Muchas veces la primera exposición que hago está muy lejos de mi meta, la segunda mejor, y así sucesivamente en el conjunto, hasta que el último negativo: ¡y aparece la foto! Si se necesitan seis exposiciones para llegar a este punto, hago seis exposiciones. Si se tarda veinte, veinte son las que hago. Pero yo siempre seguiré trabajando hasta el clímax de lo que imaginé en un principio.”
“La belleza no algo ‘bonito’.”
Un repaso a su obra: