«'Siempre he tenido todo lo que quería: ropa, dinero, etcétera. Pero lo que más tenía era aburrimiento. Pero estos últimos días han sido muy entretenidos'. 'Ya no se trata de quién es la más bonita, la mejor o la de más éxito; la Ola nos ha hecho a todos iguales'. 'La procedencia, la religión y el entorno social ya no tienen ninguna importancia; todos pertenecemos a un movimiento. La Ola nos da un nuevo significado, y unos ideales que merece la pena apoyar'. 'Antes solía machacar a otros. Cuando pienso sinceramente sobre ello, me parece algo bastante anarquista. Es mucho mejor comprometerse con algo'. 'Si uno puede confiar en los demás, conseguiremos más cosas. Por ello, estoy dispuesto a sacrificarme'. Os habréis dado cuenta de que son partes de vuestras redacciones sobre la experiencia de esta última semana. Estoy muy impresionado de lo que la Ola os ha aportado y por esto creo que este proyecto no debe terminar así».
«Desde hace años Alemania va cuesta abajo. Somos los perdedores de la globalización. La política nos quiere hacer creer que el camino para salir de la crisis es siempre rendir más. Pero los políticos son sólo marionetas de la economía. La cuota de desempleo está bajando; somos el número uno en exportaciones. Pero la realidad es que los pobres son cada vez más pobres, y los ricos más ricos. La única gran amenaza es el terror, un terror que nosotros mismos hemos creado mediante la injusticia que permitimos en el mundo, y mientras que nosotros, poco a poco pero sin descanso, destruimos el planeta, unos cuantos supermillonarios se sientan por ahí y se frotan las manos, se construyen naves especiales y observan todo lo que pasa incluso desde arriba».
“Fascismo. Todos nos hemos considerado mejores, mejores que los demás, y lo que es aún peor, hemos excluido de nuestro grupo a todos aquellos que no pensaban igual. Les hemos hecho daño...”