El duro Humphrey Bogart era un gran ajedrecista, su padre, un prestigioso cirujano, le había enseñado durante unas vacaciones cuando Bogie tenía tan solo 13 años. Lo que empezó como un pasatiempo para matar las horas en la casa familiar de veraneo en el lago Canandaigua mientras no salían a navegar (la otra pasión de Bogart) se convirtió en una intensa y perdurable afición por el ajedrez. De hecho con el tiempo manifestaría a sus íntimos amigos que si no hubiera sido actor, hubiera sido un ajedrecista que navegaba, o un marino que jugaba al ajedrez.
Bogart juega al ajedrez en un descanso de "El tesoro de Sierra Madre" |
Pasados los años llegó a tener problemas con su padre debido a su continua expulsión de los colegios en los que estudiaba y las repetidas peleas en las que se iba metiendo cuando empezó su idilio con el alcohol. Su padre intentando meterlo en cintura decidió quitarle la asignación económica, pero Bogart lejos de amilanarse, lo que hizo fue alistarse en la marina y tras ser licenciado paso a ganarse la vida durante algún tiempo jugando al ajedrez con aficionados por el circuito de bares de Nueva York o con desconocidos por las calles y parques de la ciudad. Evidentemente este modo de vida quedó atrás cuando le llegó el éxito, pero no su desmedida afición por el ajedrez que llegó a estar muy presente en sus películas. En Casablanca aparece alguna que otra vez jugando al ajedrez, tal y como le vemos en la foto que abre esta entrada, también en "Llamad a cualquier puerta" y seguro que en alguna más y no cabe duda que en los descansos de cada una de ellas jugaba al ajedrez con el resto de actores o equipo de la película.
Dicen que cuando conocía a alguna persona nueva en su vida lo primero que hacía era preguntarle si sabía jugar al ajedrez y si le respondían afirmativamente no paraba de insistir hasta conseguir jugar alguna partida con él. Bogart tenía una prodigiosa memoria, de hecho comentan que le bastaba con leer el guión de una película una vez para saberse su papel de memoria, una herramienta que resulta fundamental a la hora de conseguir un nivel elevado en el juego del ajedrez, en el que no me cabe duda de que no sería un jugador muy dado a plantear sus partidas a la defensiva.
Lauren Bacall terminó siendo una jugadora muy competente y Bogie, ávido de nuevos retos, gustaba de jugar partidas postales contra los marines americanos en ultramar y contra los veteranos en los hospitales militares. Cuando llegaron sus problemas con McCarthy y su vergonzosa caza de brujas, estas partidas provocaron una investigación del FBI que sospechaba que las notaciones de los movimientos que se mandaban por correo podría constituir algún tipo de código secreto. Las paranoias habituales de los americanos. Incluso ya muy enfermo, cuando estaba en el hospital seguía manteniendo partidas telefónicas, como las que tenía con su amado amigo y contrincante Mike Romanoff, con la ayuda de Lauren Bacall, que iba anotando las jugadas propuestas por ambos contrincantes y haciendo las veces de intermediaria.
En definitiva, Bogart era verdadero enamorado de las 64 casillas que justamente llegó a tener una variante con su nombre, el conocido como "Gambito Humphrey Bogart" cuya notación dejo para los los más curiosos.
1. d4 Cf6 2.g4 (dentro de la variante ataque Trompwski)
2...d5 (Declinado)
2...Cxg4 3.e4 d6 (Aceptado)
Y cerramos con un vídeo de una escena de Casablanca en la que Bogart aparece jugando al ajedrez:
Otros artículos publicados sobre Humphrey Bogart en este blog: