"Su serena respiración era más lenta que la de Eguchi. De vez en cuando el viento pasaba sobre la casa, pero ya no tenía el sonido de un invierno inminente. El bramido de las olas contra el acantilado se suavizaba al aproximarse. Su eco parecía llegar del océano como música que sonara en el cuerpo de la muchacha y los latidos de su pecho y el pulso de ella le servían de acompañamiento. Al ritmo de la música, una mariposa pura y blanca danzó sobre sus párpados cerrados. Retiró la mano de la muñeca de ella. No la tocaba en ninguna parte. Ni la fragancia de su aliento, ni de su cuerpo, ni de sus cabellos era fuerte"
Yasunari Kawabata (1899 - 1972) fue el primer novelista japonés en ganar el premio Nobel de Literatura en 1968.
La obra de la que arriba dejamos un fragmento, "La casa de las bellas durmientes", fue escrita en 1961, y narra la historia del viejo Eguchi, un anciano solitario que es invitado a una posada atendida por otra mujer mayor, en la que los hombres de edad pagan por dormir con bellas muchachas que previamente han sido adormecidas. El fin buscado, según nos aclara el propio Eguchi, es revivir los recuerdos que puede producir la cercanía de la juventud, algo que en el le provoca una cascada de recuerdos sobre su vida, el amor, la muerte, la juventud y la pérdida.