"En efecto, es verdad que la desgracia tiene otro lado bueno. La desgracia enseña al hombre la verdad. La enfermedad le abrió a usted los ojos hacia la vida. Los hombres son frívolos, ellos se dan cuenta de qué bella es la vida sólo cuando se enfrentan a la muerte. Además, esos hombres son pocos; los peores mueren sin saber lo que es la vida. Es usted un hombre maravilloso, está usted rebelándose contra eso; me ha impresionado su espíritu de rebeldía. Su vida hasta ahora ha sido la de un esclavo. Ahora está intentando convertirse en su amo. Gozar de la vida es el deber del hombre; malgastar la vida concebida es una profanación contra Dios. El hombre debe ser codicioso en vivir. La codicia es considerada como un vicio, pero esa filosofía ya es anticuada: la codicia es virtud; especialmente aquella que sirve para gozar de la vida. Vámonos, vamos a recuperar su vida malgastada. Yo con mucho gusto interpretaré para usted el papel de Mefistófeles, el papel de un buen Mefistófeles que no demanda la recompensa, Incluso tenemos un perro negro indicándonos el camino"
Esas eran las palabras que en la magnífica película "Vivir" (Kurosawa - 1952) un escritor bohemio le dirigía al derrumbado Sr. Watanabe, un funcionario que tras toda una vida desperdiciada en el escrupuloso cumplimiento de sus obligaciones laborales en un puesto administrativo se da cuenta de que todo llega a su fin y su vida ha sido baldía. Solo la noticia de su grave enfermedad le hace reparar en el insondable vacio de su existencia y en un último instante de lucidez intentará buscar lo que perdió o al menos conseguir un final más digno para una vida tan gris como la suya. La película empieza a un ritmo lento que no abandonará en todo el metraje, pero es de tal profundidad las ideas que allí se exponen que uno queda irremisiblemente atrapado por las verdades que Kurosawa, su director, nos grita desde la pantalla, convirtiéndose al finalizar en una de esas películas que uno no olvida al día siguiente, Ikiru, Vivir, una maravilla del cine que necesariamente debe ser vista.
En un determinado momento el Sr. Watanabe canta la canción japonesa "Gondola No Uta" que traducida dice más o menos:
“La vida es corta, enamórate, chica,antes de que el rojo de los labios desaparezca,
antes de que la sangre caliente se enfríe.
No tendrás nunca asegurada la vida de mañana.
La vida es corta, enamórate, chica,
antes de que el color negro del pelo pierda su fuerza,
antes de que la llama del corazón se apague.
No volverá nunca a repetirse el día de hoy.”
Ficha de la película:
Título original: Ikiru
Año: 1952
Duración: 143 min.
País: Japón
Director: Akira Kurosawa
Reparto: Takashi Shimura, Nobuo Kaneko, Kyôko Seki, Makoto Kobori, Kumeko Urabe, Yoshie Minami, Miki Odagiri, Kamatari Fujiwara
Guión: Akira Kurosawa, Shinobu Hashimoto, Hideo Oguni
Música: Fumio Hayasaka
Fotografía: Asakazu Nakai (B&W)
Productora: Toho Company
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