martes, 2 de septiembre de 2014

Las añoranzas de Fernando Pessoa




"¡Añoranzas! Las tengo hasta de lo que no ha sido nunca mío, debido a una angustia de fuga del tiempo y una enfermedad del misterio de la vida. Caras que veía habitualmente en mis calles habituales, si dejo de verlas, me entristezco; y no han sido nada mío, a no ser el símbolo de toda la vida. ¿El viejo sin interés de las polainas sucias, que se cruzaba frecuentemente conmigo a las nueve y media de la mañana? ¿El vendedor de lotería cojo que me molestaba inútilmente? ¿El vejete redondo y colorado del puro a la puerta de la tabaquería? ¿El dueño pálido de la tabaquería? ¿Qué se ha hecho de todos ellos, que, porque los vi y volví a verlos, fueron parte de mi vida? Mañana también desapareceré yo de la Calle de la Plata, de la Calle de los Doradores, de la Calle de los Lenceros. Mañana, también yo —el alma que siente y piensa, el universo que soy para mí— sí, mañana yo también seré el que dejó de pasar por estas calles, el que otros vagamente evocarán con un «¿qué será de él?» Y todo cuanto hago, todo cuanto siento, todo cuanto vivo, no será más que un transeúnte menos en la cotidianeidad de las calles de una ciudad cualquiera."


Fragmento tomado de "El libro del desasosiego", escrito por Fernando Pessoa, utilizando en esta ocasión el heterónimo de Bernardo Soares del que decía el propio Pessoa:  «semiheterónimo porque no siendo su personalidad la mía, es no diferente de la mía, sino una mutilación de ella. Soy yo, menos el raciocinio y la afectividad». En el libro se recogen un buen número de aforismos y pensamientos sobre lo divino y lo humano recogidos de manera dispersa por el autor entre 1913 y 1935 y que hoy se consideran su obra en prosa mas valorada. 

En la foto podemos ver a Fernando Pessoa caminando por la calle Rua Garret de Lisboa, 1928