jueves, 9 de enero de 2014

Carta de Antoine de Saint-Exupéry a Madame de Rosa






...No se dan las gracias a un jardín. Yo siempre he dividido a la humanidad en dos partes. Hay seres-jardín y seres-patio. Estos pasean su patio consigo, lo sofocan a uno entre sus cuatro muros, y uno se ve obligado a hablar con ellos para hacer ruido. Es penoso, el silencio, en un patio. Pero por los jardines uno se pasea. Uno puede callarse y respirar. Se está a gusto. Y las sorpresas agradables aparecen solas. No hay nada que buscar. Una mariposa, un escarabajo, una luciérnaga se nos muestran. No sabemos nada sobre la civilización de la luciérnaga. Uno sueña. El escarabajo parece saber a dónde va. Tiene mucha prisa. Es asombroso, y seguimos soñando. Luego la mariposa. Cuando se posa sobre una flor espléndida, uno se dice: para ella es como si se posara en una terraza de Babilonia, un jardín colgante que se balancea... Luego uno se calla al ver tres o cuatro estrellas.

Pero no le doy las gracias por todo esto. Usted es como es. Simplemente tengo ganas de pasearme todavía en su jardín.

También pensé otra cosa. Hay gente-carretera nacional y hay gente-senderos. La gente-carretera nacional me aburre. Me aburre el granito de los mojones. Van hacia algo preciso, una ganancia, una ambición. A lo largo de los senderos, por el contrario, hay avellanos, y se puede pasear entre ellos para mordisquear sus frutos. A cada paso, uno está allí para estar allí, no en otro lugar. Pero no hay absolutamente nada que aprender de los mojones...




Mayo de 1944

Simone de Beauvoir.- El segundo sexo (Fragmentos)




"Uno de los beneficios que la opresión ofrece a los opresores es que el más humilde de ellos se siente superior: un pobre blanco del sur de los Estados Unidos tiene el consuelo de decirse que no es un sucio negro. Los blancos más afortunados explotan hábilmente este orgullo. De la misma forma, el más mediocre de los varones se considera frente a las mujeres un semidiós"

"No se nace mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico, económico, define la imagen que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; el conjunto de la civilización elabora este producto intermedio entre el macho y el castrado que se suele calificar de femenino. Sólo la mediación ajena puede convertir un individuo en alteridad".

"Mientras no se haga realidad una perfecta igualdad económica en la sociedad, y mientras las costumbres permitan a la mujer disfrutar como esposa y amante de los privilegios que corresponden a algunos hombres, el sueño de un éxito pasivo se mantendrá, frenando su propia realización".

"Las restricciones que la educación y la costumbre imponen a la mujer limitan su poder sobre el universo".

"El gran hombre nace de la masa y lo arrastran las circunstancias, pero la masa de mujeres queda al margen de la historia, y las circunstancias son para cada una de ellas un obstáculo y no un trampolín" .

"Solamente cuando las mujeres empiezan a sentirse en su casa sobre esta tierra vemos aparecer una Rosa Luxemburg, una Madame Curie. Demuestran con brillantez que no es la inferioridad de las mujeres lo que determina su insignificancia histórica: su insignificancia histórica las condena a la inferioridad"

"Las cargas del matrimonio siguen siendo mucho más pesadas para la mujer que para el hombre. Hemos visto que las servidumbres de la maternidad se han reducido con el uso -confeso o clandestino- de control de natalidad; pero la práctica no se ha extendido universalmente, ni se aplica con rigor; dado que el aborto está oficialmente prohibido, muchas mujeres ponen en peligro su salud con maniobras abortivas sin control, o se ven abrumadas por numerosas maternidades. El cuidado de los hijos y las tareas domésticas están a cargo, de forma prácticamente exclusiva, de la mujer"

"El privilegio económico que disfrutan los hombres, su valor social, el prestigio del matrimonio, la utilidad de un apoyo masculino, todo empuja a las mujeres a desear ardientemente gustar a los hombres. Siguen estando en su conjunto en posición de vasallaje. El resultado es que la mujer se conoce y se elige, no en la medida en que existe para sí, sino tal y como la define el hombre"

 "La burguesía conservadora sigue viendo en la emancipación de la mujer un peligro que amenaza su moral y sus intereses. Algunos varones temen la competencia femenina. En Hebdo-Latin, un estudiante declaraba el otro día: "Toda estudiante que llega a ser médico o abogado nos roba un puesto"; Son las palabras de alguien que no se cuestiona sus derechos en este mundo"