Nadie duda de que el hecho de que Barack Obama haya llegado a la presidencia de los Estados Unidos es todo un acontecimiento histórico, y ciertamente inesperado, pero el caso es que mucho antes que él, y en un tiempo en el que los derechos de las personas de color en Estados Unidos eran un tema realmente controvertido, otro afroamericano, Dizzy Gillespie tuvo la valentía y también el maravilloso sentido del humor, dada la ironía de sus propuestas, de postularse como candidato a la presidencia de su País, buscando con ello concitar el interés de los medios de comunicación y denunciar públicamente las denigrantes condiciones de desigualdad en la que vivían por entonces las personas de color.
En la manifestación pro derechos civiles celebrada en Washington en 1963, aquella tan famosa en la que Martin Luther King pronunciaría el que a juicio de muchos es el mejor discurso de la historia, ese que empezaba con "I have a dream", un grupo de manifestantes tuvo la ocurrencia de vestirse con unas camisetas que mostraban la cara de Dizzy Gillespie y el slogan "For President". La cosa no habría pasado de una simple broma, si no fuera porque pocas semanas después, quien sabe si inspirado en aquellas camisetas, el bueno de Dizzy, se postuló realmente como candidato a la presidencia.
Eran tiempos difíciles, tiempos en los que un asunto de este tipo podía salir muy caro en un país tan intransigente como era por entonces Estados Unidos. El bueno de Dizzy, ademàs de propuestas serias como la educación gratuita y la sanidad universal tenía otras de lo más curiosas, desde cambiarle el nombre a la Casa Blanca (The White House) y llamarla The Blues House, ordenar a la NASA que llevara a la Luna un astronauta negro, para lo que se ofrecía voluntario si no había ningún otro candidato, o desposeer de la nacionalidad estadounidense al Gobernador de Alabama, un racista recalcitrante que sostenía contra viento y marea aquello de: "Segregation now, segregation tomorrow, segregation forever" y de propina pensaba mandarlo a Vietnam, lugar donde tantos afroamericanos estaban muriendo por un País que no respetaba sus derechos más esenciales.
No faltó toda la parafernalia de cartelería y chapitas animando a votar a favor de Dizzy Gillespie e incluso se ideó un nuevo himno para la campaña basado en el tema "Salt Peanuts" del propio Dizzie, al que se le añadió una letra invitando al voto por el trompetista.
Pero si algo dentro de toda la campaña de Dizzy era realmente genial dentro de toda esta rocambolesca historia era la composición del Gobierno que tenía en mente si llegara a ser elegido, no tiene desperdicio:
Duke Ellington estaba llamado a ser el nuevo Secretario de Estado.
Miles Davis sería el nuevo Ministro de Finanzas, al ser desoída su petición expresa de ser Director de la CIA
Max Roach se encargaría de Defensa
Louis Armstrong en Agricultura
Ella Fitzgerald en Sanidad y Educación
Peggy Lee se encargaría de la cartera de trabajo
Charles Mingus se encargaría del Ministerio de la Paz, toda vez que se anulaba el Ministerio de la Guerra
Thelonius Monk sería embajador plenipotenciario
Mary Lou Williams sería la embajadora ante la Santa Sede
Y por último y con gran "visión" política, Ray Charles sería el director de la Librería del Congreso.
Todo era por supuesto una ingeniosa forma de llamar la atención sobre los problemas de la comunidad afroamericana, que por mucho que hicieran décadas desde la abolición de la esclavitud, seguían siendo a los ojos de todos ,ciudadanos de segunda, salvo para morir por los colores de su bandera en la Segunda Guerra Mundial o en Vietnam.
Finalmente Dizzy se retiró de la carrera electoral y brindó su apoyo a Johnson, quien tras ganar, implemento muchas políticas sociales y de igualdad para la población negra.
En su autobiografía "To be or not to bop", Dizzy mantenía:
"Pienso que Estados Unidos necesita un presidente que tenga una visión espiritual de las cosas, por el bien del género humano. Este tipo de punto de vista es el más importante, en mi opinión, para un estadista. Hay que ir más allá de las divisiones para buscar la unidad"
Me da a mí que vistos algunos de los personajes que han pasado por la Casa Blanca, Dizzy no hubiese sido mal presidente, y aunque podría haberlo hecho sin desafinar, no habría dado la nota ni improvisado mucho.
Un tema suyo: "Con Alma":