Si uno observa la figura que Humphrey Bogart sostiene en sus manos se dará cuenta que no es gran cosa artísticamente hablando, una estatuilla de color negro de poco más de 30 centímetros de alto y 20 kilos de peso en la que no se había prestado demasiado interés a los detalles, era una simple figura de atrezzo, a pesar de su rol central en la película a la que da nombre. Y sin embargo la magia del cine y la mitomanía que lo rodea ha convertido este pequeño halcón en un objeto tan valioso como muchas de las obras de arte que pueblan los más famosos museos, en los cuales también tuvo su momentito de gloria; al menos el negro halcón de metal ha sido expuesto en el MoMA neoyorkino y en el Pompidou de París.
La estatuilla tenía vocación de ser de oro, pero como supimos en la película con la que debutaba como director John Huston, la mítica "El halcón maltés" (1941), solo era de plomo, de ese plomo que los antiguos alquimistas aspiraban a convertir en oro. Al final con los años, hemos descubierto que aquella legendaria e imposible piedra filosofal, capaz de convertir cualquier metal en oro, no era otra cosa que el cine, al menos eso se desprende de la noticia de la reciente subasta de la icónica estatuilla en la casa Bonham de Nueva York, que finalmente fue adquirida por la nada despreciable suma de 4.085.000 dólares, más de lo que se paga por muchas obras de arte famosas.
"El halcón maltés" es considerada unánimemente como la película que da carta de nacimiento al denominado "Cine negro", en ella podremos ver a un grupo de ambiciosos personajes que buscan desesperadamente una figura de extraordinario valor, que según la leyenda se suponía que era el tributo que los Caballeros de Malta pagaron por la isla al rey Carlos V.
Al parecer se construyeron dos figuras iguales, pero la subastada es la única de la que se tiene constancia cierta de que apareciera en la película -lo que le da especial valor para los mitómanos-, la prueba es la muesca que presenta, producida al caérsele de las manos a la actriz Lee Patrick, que encarnaba a la secretaria del detective Sam Spade, que no era otro que Humphrey Bogart, quien gracias a la renuncia de Georges Raft, que no quería trabajar con un director novato, se hizo con uno de los grandes papeles de su carrera.
El material del que están hecho los sueños evocaba en la película al oro, ahora sabemos que puede ser también el plomo, siempre y cuando haya aparecido en una gran película.
La fotografía está tomada, sin modificaciones, de la página http://www.flickr.com/photos/tom-margie/1538280079/ donde a fecha de hoy aparece con licencia creative commons para su libre utilización - twm 1340