La figura masculina del castigo eterno a una tarea irrealizable se encuentra en el mito de Sísifo, pero la versión femenina se encuentra en las Danaides.
Dánao era rey de Líbia y tenía cincuenta hijas llamadas las Danaidas. El hermano de Dánao era Egipto que a su vez tenía cincuenta hijos. Entre los dos hermanos habían existido disputas que motivaron que Dánao tuviera que exiliarse con todas sus hijas en un barco de cincuenta remos (nos podemos imaginar quienes remaban) a Argos, lugar del que llegó a ser rey. El caso es que con el tiempo, Egipto mandó a sus cincuenta hijos para que casaran con sus primas y lograr así una reconciliación familiar, pero Dáno, receloso, accedió a la unión y torcidamente pidió a sus hijas que llevaran una daga, regalada por él, la noche de bodas para con ella dar muerte a sus esposos. Por tan horrendo crimen, una vez llegada la muerte de las danaidas, estas fueron castigadas a rellenar por toda la eternidad un barril sin fondo que se encontraba en el Inframundo.
"Las Danaides" por Waterhouse |
Las representaciones clásicas de este mito recogen el momento del infructuoso llenado de aquel recipiente sin fondo, pero Rodin decide buscar otra perspectiva y muestra la desesperanza y la esterilidad de aquella tarea infinita, esculpiendo en mármol el cuerpo agotado de una danaide que reposa su cabeza "como en un gran sollozo" encima de su brazo. Su pelo, esparcido sobre la base, aparenta, de forma maravillosa, ser el mismo liquido que todavía mana de la jarra sobre la que descansa su cuerpo,
La forzada postura de la danaide responde al concepto que tenía Rodin de la escultura: “el escultor debe de aprender a reproducir los sentimientos en la superficie, lo que quiere decir que todo debe vibrar en la superficie de la pieza, el alma, el amor, la pasión, la vida… por tanto la escultura es el arte de los huecos y los montículos y no del pulido y la suavidad”. Ciertamente el cuerpo de la danaide aparece amorosamente pulido, pero en una postura casi dolorosa, llena de recovecos y angulosidades y reposa sobre una superficie apenas trabajada y con las marcas aún visibles del cincel, ofreciendo de esta manera un interesante contraste.
La escultura, también conocida como "La fuente" fue esculpida en principio para que formara parte de "La puerta del Infierno" aunque más tarde fue eliminada del proyecto. La obra data de 1889 y se exhibe en el Museo Rodin.
La forzada postura de la danaide responde al concepto que tenía Rodin de la escultura: “el escultor debe de aprender a reproducir los sentimientos en la superficie, lo que quiere decir que todo debe vibrar en la superficie de la pieza, el alma, el amor, la pasión, la vida… por tanto la escultura es el arte de los huecos y los montículos y no del pulido y la suavidad”. Ciertamente el cuerpo de la danaide aparece amorosamente pulido, pero en una postura casi dolorosa, llena de recovecos y angulosidades y reposa sobre una superficie apenas trabajada y con las marcas aún visibles del cincel, ofreciendo de esta manera un interesante contraste.
La escultura, también conocida como "La fuente" fue esculpida en principio para que formara parte de "La puerta del Infierno" aunque más tarde fue eliminada del proyecto. La obra data de 1889 y se exhibe en el Museo Rodin.
Para terminar la historia debemos contar que sólo una de las hermanas se libró de este castigo eterno, Hipermnestra, la mayor de todas las Danaides, que no llegó a matar a su esposo Linceo en muestra de gratitud por haberla respetado durante toda la noche. En el juicio al que fueron sometidas todas las hermanas, Hipermnestra fue perdonada y liberada por Afrodita, conmovida por su amor hacia Linceo.
Linceo terminó tomando cumplida venganza y mató a las danaidas asesinas así como a su padre.
Linceo terminó tomando cumplida venganza y mató a las danaidas asesinas así como a su padre.
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