martes, 22 de enero de 2013
Sartre y la fealdad (conversaciones con Simone de Beauvoir).-
SIMONE DE BEAUVOIR: Por ejemplo, en sus relaciones con las mujeres, cuando formaba pareja con una mujer, si ella era mucho más alta que usted, ¿le molestaba?
JEAN-PAUL SARTRE: Eso me ocurrió pocas veces. Generalmente, me molestaba, un poco, sí. Pensaba que los demás encontrarían cómico que fuera el amante de una chica muy alta, o más alta que yo. Pero, sensualmente, eso me gustaba mucho.
[...] SIMONE DE BEAUVOIR: Había empezado diciendo que a través de las mujeres supo que era feo.
JEAN-PAUL SARTRE: No fueron las mujeres, fueron todos los que me lo decían. A los diez años, cuando me lo decían, no tenía ninguna consecuencia para mis camaradas, que se reían un poco. Pero, evidentemente, cuando me lo dijeron las mujeres, cuando una de ellas me lo dijo de manera definitiva...
S. de B.: Aquella de la que hablaba el otro día, la que le llamó: "ese feo ceporro".
J-P. S.: Sí, "feo ceporro".
S. de B.: Pero, aparte de eso, ¿le han dicho muchas mujeres que era feo?
J-P. S.: Camille me lo decía claramente y con frecuencia.
S. de B.: Pero haciendo de ello casi un instrumento de seducción, pues decía que usted la había fascinado a lo Mirabeau cuando le conoció en el cementerio; le encontró de una fealdad arrolladora.
J-P. S.: Sí, la faceta de la fealdad debió jugar algún papel al principio.
S. de B.: En fin, que la fealdad no le ha impedido tener éxito con las mujeres.
J-P. S.: Porque supe más tarde que eso tiene poca importancia.
S. de B.: Por otro lado, es un tópico que un hombre puede ser muy feo y tener mucha seducción y se cita a grandes seductores que eran feos; eso usted debe saberlo. El caso del duque de Richelieu, entre otros.
J-P. S.: Sí, sí, por supuesto.
S. de B.: Por consiguiente, ¿eso no provocó ninguna clase de timidez?
J-P. S.: No.
S. de B.: Me decía que le importaba mucho salir sólo con mujeres que tuvieran un mínimo de encanto o, si era posible, que fueran guapas.
J-P. S.: Sí, porque un hombre feo y una mujer fea dan un resultado demasiado... llamativo. Así que yo buscaba una especie de equilibrio; yo representaría la fealdad, y la mujer, representando si no a la belleza, al menos el encanto y lo bonito.
SIMONE DE BEAUVOIR, Conversaciones con Jean-Paul Sartre (Agosto-Septiembre 1974), Edhasa, 1982, Barcelona, págs. 390-393, traducción J. José Carbajosa
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¿La fealdad tiene poca importancia en la relaciones con las mujeres? La fealdad siempre tiene importancia. Los feos también se emparejan, aunque no tanto como los guapos, es verdad, pero su fealdad debe tener consecuencias en cualquier ámbito.
ResponderEliminarDe todas formas, a mí Sartre nunca me ha parecido tan feo como se dice. Es verdad que soy heterosexual, y, por lo tanto, no lo juzgo con los elementos apropiados.
Buen blog.
Juan.