domingo, 7 de octubre de 2012

Frances Farmer.- la actriz rebelde




Conocida para parte del público por la película que, sobre ella, protagonizó Jessica Lange, Frances Elena Farmer (n. 19 de septiembre de 1913 - f. 1 de agosto de 1970) fue una actriz estadounidense cuyo rebelde y escandaloso comportamiento para la sociedad americana de la época (se la acusó de atea y comunista) no le permitieron ir m
ás allá de ser una promesa del cine.
Estudió drama en la Universidad de Washington y más tarde, en Nueva York, comenzó su carrera como actriz de teatro. Tras ofecerle la Paramount un contrato de siete años, cuando Farmer contaba con veintidós, se mudó a Hollywood y se casó con el actor Leif Erickson. Su carácter orgulloso y obstinado le hizo perder rápidamente su popularidad en Hollywood, lo que la llevó de nuevo al teatro, que compaginaría más tarde con el cine, de nuevo en la Paramount.
A partir de este hecho, se vio envuelta en una espiral de escándalos, siendo arrestada por conducir ebria sin carnet y denunciada por un peluquero del estudio al que supuestamente dislocó la mandíbula de un golpe; en el juicio, se mostró desafiante ante el tribunal. El juez la condenó a otros seis meses de cárcel; sin embargo, no le dio derecho a llamar a un abogado. Tuvieron que sacarla del juzgado a la fuerza, y golpeó a varios policías (a uno incluso lo tiró al suelo) al grito de “¿Nunca habéis tenido el corazón roto?” Su foto siendo arrastrada fuera del juzgado dio la vuelta al país.
Frances pasó una noche en la cárcel antes de que la transfirieran a un psiquiátrico. Le diagnosticaron depresión y desorden de personalidad, aunque a lo largo de su vida le diagnosticarían prácticamente todas las enfermedades mentales existentes entonces. En 1943, los tratamientos psiquiátricos eran poco menos que brutales. Uno de los primeros por los que pasó Frances fue la sobredosis de insulina, que provocaba en los pacientes convulsiones e incluso el coma. Permaneció recluida nueve meses hasta que se escapó del centro.
Volvió a Seattle con sus padres, pero las discusiones con su madre eran continuas y, tras agredirla físicamente, fue recluida de nuevo durante tres meses en un hospital psiquiátrico de Washington.
El centro estaba en muy malas condiciones; había muy poco personal y los pacientes se hacinaban en las habitaciones, en las que les encerraban durante 12 horas. Allí, le aplicaron otra terapia “puntera”: electroshocks. Esta vez, el tribunal que la había declarado, a petición de su madre, legalmente demente, certificó su recuperación. Frances decide tomar un descanso y volver a la interpretación, pero poco después la vuelven a detener en California por vagabundear; había ido hasta allí para trabajar como recolectora de fruta. Pasa otra noche en la cárcel y es devuelta a su madre, que en 1945 la vuelve a mandar al Western State.

En este hospital se practicaron lobotomías en los años 40 y 50, una práctica que se decía que conducía a una rápida recuperación de los enfermos graves. Se dijo que Frances fue sometida a una (tesis que defiende la película), pero su familia y la propia Frances lo negaron. Lo que sí es cierto es que fue violada repetidas veces, como muchas otras internas, con el consentimiento de las autoridades del hospital. A veces incluso colaban a soldados dentro del centro a cambio de dinero.

En 1950, Frances sale al fin del Western State. Al parecer, sus padres lograron sacarla alegando que tenían mala salud y necesitaban de los cuidados de su hija, algo irónico en las personas que la habían enviado al terrible psiquiátrico. En 1954, Frances se casa de nuevo con Alfred Lobley, pero le deja repentinamente al cabo de seis meses; huye a Eureka (California) y vive de forma anónima durante varios años, trabajando como secretaria y empleada de hotel. No volvió a ver a sus padres, que mueren en 1955.

En 1957, Leland Mikesell, un productor de TV y radio, la descubre y la anima a volver a los medios. Frances dio varias entrevistas hablando de sus experiencias pasadas, y pronto comienzan a llegarle ofertas de trabajo: actúa en varias series de televisión y en algunas obras de teatro. Se divorcia de Lobley para casarse por tercera vez, con Mikesell. Le ofrecen un programa en una TV local de Indianápolis, “Frances Farmer Presents”, en el que presentaba diariamente la película de sobremesa. El programa tuvo bastante éxito, y Frances trabajó varios años en él. También colaboró con actores universitarios y dio conferencias sobre teatro. Su vida parecía encauzarse de nuevo
Pero a partir de 1962, Farmer vuelve a las andadas, presentándose borracha al trabajo o teniendo alguno de sus arranques de furia en público. En 1964 es despedida, y la arrestan en un par de ocasiones en los años posteriores por conducir borracha. En 1970, muere de cáncer de esófago.

La triste historia de su malogrado talento ha servido de inspiración para muchos: no solo para que Jessica Lange fuera nominada al Óscar por su interpretación de la actriz en “Frances” (1982) sino que además la cantante francesa Mylène Farmer tomó su apellido en honor a esta actriz. Pero al que más influyó fue sin duda a Kurt Cobain. Courtney Love, su mujer, llevó en su boda un vestido que había pertenecido a Farmer y el matrimonio Cobain le puso su nombre a su única hija, Frances Bean Cobain. Pero sobre todo pasará a la historia la canción que le escribió: “Frances Farmer will have her revenge on Seattle”, para su álbum “In Utero”. Cobain se sentía identificado con Farmer, por ser una vez el icono triunfante de Seattle y terminar sola y abandonada; se dice que la canción en realidad habla de la venganza que se quiere cobrar Cobain con la ciudad. Una de las frases dice “Ella volverá como el fuego, para quemar a los embusteros, y dejar una manta de cenizas en el suelo”. Seguro que si Frances pudiera, lo haría.


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