lunes, 4 de marzo de 2019

Un héroe llamado Steve Buscemi



Hay actores que terminan conquistándote con un determinado papel y en estos tiempos que corren no tiene por que ser en una película, bien puede ser una de esas estupendas series que hoy rebosan calidad y desafían a un cine cada vez más decepcionante. Es lo que me ha ocurrido con Steve Buscemi en su rol de Nucky Thompson, el rey de Atlantic City, en la serie "Boardwalk Empire" (ya se que voy con algo de retraso), la mejor historia que se pueda encontrar sobre la época dorada de la mafia en el este de los Estados Unidos; incluyan las películas que quieran, con cinco temporadas el desarrollo y evolución de todos sus personajes es insuperable. 

Pero centrándonos en Buscemi; me ha llamado mucho la atención que este actor que parece un tanto enclenque y debilucho fue durante cuatro años, entre 1980 y 1984, bombero en Nueva York, concretamente en la estación "Engine 55" del barrio de Little Italy, algo para lo que os puedo asegurar hay que estar en perfecta forma física. Cuando el éxito como actor, su verdadera vocación, llamó a su puerta, Buscemi empezó pidiendo pequeñas excedencias que una vez su éxito se consolidó, ésta terminó por ser definitiva apartándole de las mangueras y los fuegos. Pero como James Bond y Sean Connery sabían perfectamente nunca se puede decir nunca jamás, y cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre de 2001, con aquellos enormes aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, los bomberos tuvieron una cantidad de bajas enormes entre las que se contaban algunos de los antiguos compañeros de Buscemi y este, ni corto ni perezoso, se presentó en su Estación "Engine 55" como voluntario para ayudar a sus compañeros. Trabajó a turnos de 12 horas en las labores de rescate, quitando escombros y buscando supervivientes. Para todo el mundo aquellos bomberos fueron considerados como héroes y Buscemi era uno de ellos. En las siguientes fotos lo pueden ver el primero por la izquierda:



No hubo casi registros gráficos de su altruismo ni tan siquiera tuvo eco hasta un par de años después en que la historia se hizo pública a través de terceros. Al respecto decía el actor, que ya por entonces había participado en títulos como "Fargo", "Reservoir Dogs", "Pulp Fiction" o "El Gran Lebowsky":

"Fue un privilegio poder hacerlo. Fue genial poder contactar con la estación de bomberos con la que solía trabajar y volver a tener contacto con los chicos con los que trabajé. Y fue enormemente útil para mí porque, mientras estaba trabajando, no me daba tiempo para pensar en lo que había sucedido. No fue hasta que paré que realmente fui consciente del impacto total de lo que había sucedido"


En España, al menos nos queda el consuelo de tener a Rafa Nadal, haciendo cosas parecidas...

¿Y ahora que he terminado "Boardwalk Empire" que encuentro que esté mínimamente a su altura?  Capone, Luciano, Torrio, Maranzano, Rothstein, Charly White, Nucky Thompson, actores maravillosos y una música de jazz de lujo.... Difícil, difícil lo veo... 


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viernes, 1 de marzo de 2019

Viggo Mortensen, "Green Book" y la vida real de su personaje Tony "Lip" Vallelonga



Pregunta de Trivial: ¿Qué actor estuvo en "El Padrino", "Tarde de Perros", "Toro Salvaje", "Uno de los nuestros", "Donnie Brasco" y "Los Soprano"?...... tic tac, tic tac.... Seguro que no lo aciertan. Os lo cuento unos renglones más adelante. El caso es que después de mi cara de póquer tras ver "Roma" del enrachado Alfonso Cuarón, por fin logré ver "Green Book" y cambiar de expresión. Tal y como me pronosticaban salí francamente contento del cine después de disfrutar una película que dosificaba en su justa medida los toques de humor con la crítica social de unos tiempos difíciles para la raza negra en Estados Unidos. No le fue necesario a Peter Farrelly, su director, cargar las tintas ni ponerse melodramático; muy al contrario puso su justa dosis de azúcar y humor aquí y allá en una historia perfectamente predecible, pero tan bien confeccionada que con su esperanzador mensaje de concordia y entendimiento, funciona de cara al espectador como el mejor de los relojes suizos. Comprendí por fin los méritos de Mahershala Ali para llevarse el Oscar al mejor actor secundario y me llevé las manos a la cabeza comparando la sensacional actuación de Viggo Mortensen, en un rol con puntuales tintes de comedia muy raros en el, con la solvente pero insuficiente actuación de Rami Malek en la para mi sobrevalorada "Bohemian Rapsody". Ya se que esto es meterse en camisa de once varas, que los últimos minutos son geniales con un Malek muy inspirado y la música de The Queen resucita a un muerto, pero para mí lo mejor es sobre todo eso, la música, y hablando de una película eso es poco. 

Pero más allá de la pequeña crítica cinematográfica que pueda dar este conquistado espectador de "Green Book", de quien quería hablar es del verdadero Tony "Lip" Vallelonga, ese personaje al que Viggo Mortensen, con sus evidentes kilos de más para acercarse al original, llena de matices. Tal como se cuenta en la película, Vallelonga fue portero del  famoso "Copacabana" durante 12 años (este nightclub parece que era propiedad del mafioso Frank Costello hombre de confianza del todopoderoso Lucky Luciano), algo para lo que no todo el mundo tiene las "habilidades" necesarias: músculo y un piquito de oro para llevarse al huerto a los clientes díscolos, y para nuestro protagonista ya sabemos, con su sobrenombre "Lip", que eso no era ningún inconveniente y podía convencerte de lo imposible con su palabrería, o hasta hacerte comer pollo frito en el coche vestido de punta en blanco. Lo haría bien, pues de portero, paso a maître y después a supervisor. Lo que no cuenta la película, cuyo guión esta escrito en parte por el hijo de Vallelonga, es que nuestro "Lip" fue un actor con un elenco de películas verdaderamente impresionante y con una marcada tendencia a dar vida en las mismas a personajes de mafiosos. Y es que todo apunta a que el tipo tenía que ser de cuidado. Sus padres eran de origen calabrés y vivían en el barrio neoyorkino del Bronx donde eran casi vecinos del mafioso John Gotti. En el Copacabana conoció a personajes como Frank Sinatra y toda su troupe así como a muchas otras estrellas del cine y la canción; también a Francis Ford Coppola que fue quien le dio su primer papel en el cine, con una pequeña aparición en "El Padrino", película en la que tuvo presencia más de un "chico duro" en la vida real. Más tarde aparecería de policía en "Tarde de perros" o de dueño de un club nocturno en "Toro Salvaje", encontrando sitio también como chico "malote" en otros films como "Uno de los nuestros" donde encarna al delincuente Guissupe Manzo o "Donnie Brasco" en el que da vida al colega del anterior Philip Giaccone. Finalmente dio la campanada durante varias temporadas en el papel del mafioso Carmine Lupertazzi en la serie "Los Soprano" rol en el que lo podemos ver en la foto de arriba a la izquierda. Y por supuesto, en uno de sus descansitos del Copacabana, acompañó como chofer-guardaespaldas al pianista Don Shirley durante bastante más de dos meses como aparece en la película, haciéndose muy amigo suyo a pesar de las diferencias iniciales. Todo un personaje el señor Vallelonga. A mi juicio Viggo Mortensen se debería de haber llevado el Oscar, pero al menos queda el consuelo de que se lo haya llevado la película, una absoluta singularidad en la carrera de Peter Farrelly, que después de títulos de inspiración muy similar como "Los tres chiflados", "Dos tontos muy tontos" o "Vaya par de idiotas" aun debe estar pellizcándose.


El trailer:


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