domingo, 1 de junio de 2014

"A quien corresponda" - Joan Manuel Serrat



"Que la tierra cayó en manos de unos locos con carnet......" decía Serrat en su sensacional canción "A quien corresponda". Y ciertamente, una cartita como esta tendríamos que escribir cada uno de nosotros y al menos protestar con ella por tanto atropello. No sé si Serrat cambiaría mucho la que ya escribió allá por 1981 para el álbum "En Transito", un trabajo redondo en cada una de sus canciones y al que cualquier día de esto le dedicamos un especial, pero el caso es que hoy quiero hablar de esta carta que encuentra la belleza en la formalidad exquisita de la construcción de la misiva y que termina con unas suplicas que todos podríamos hacer nuestras. Léanla o escúchenla con detenimiento, es de hace más de 30 años, y todo sigue más o menos igual, o posiblemente un mucho peor. 

Un servidor, 
Joan Manuel Serrat, 
casado, mayor de edad, 
vecino de Camprodón, Girona, 
hijo de Ángeles y de Josep, 
de profesión cantautor 
y natural de Barcelona, 
según obra 
en el Registro Civil, 
hoy, lunes, 20 de Abril de 1981 
con las fuerzas de que dispone 
atentamente EXPONE 
dos puntos 

Que las manzanas no huelen 
que nadie conoce al vecino, 
que a los viejos se les aparta 
después de habernos servido bien. 

Que el mar está agonizando 
que no hay quien confíe en su hermano, 
que la tierra cayó en manos 
de unos locos con carnet. 

Que el mundo es de peaje y experimental, 
que todo es desechable y provisional. 

Que no nos salen las cuentas, 
que las reformas nunca se acaban, 
que llegamos siempre tarde, 
donde nunca pasa nada. 

Por eso 
y muchas deficiencias más, 
que en un anexo se especifican, 
sin que sirva de precedente, 
respetuosamente 

SUPLICA 

Se sirva tomar medidas 
y llamar al orden a esos chapuceros, 
que lo dejan todo perdido 
en nombre del personal. 

Pero hágalo urgentemente 
para que no sean necesarios, 
más héroes ni más milagros 
pa' adecentar el local. 

No hay otro tiempo que el que nos ha "tocao", 
acláreles quien manda y quien es el "mandao". 

Y si no tuviera en su mano 
poner coto a tales desmanes, 
mándeles copiar cien veces 
"Esas cosas no se hacen". 

Gracia que espera merecer 
del recto proceder, 
de quien no suele llamarse a engaño, 
a quien Dios guarde muchos años.

AMÉN.