sábado, 24 de marzo de 2018

Jacques Brel y la gran mentira del "Ne me quitte pas"



Pues sí, "Ne me quitte pas" es una gran mentira y sin duda una de las mejores canciones de amor de la historia. Jacques Brel estaba casado y con tres hijos cuando en 1959 rompió su relación con la que fue mucho más que su amante, la interesante Suzanne Gabriello, también conocida como "Zizou". Una actriz cómica francesa de maravillosa sonrisa que ayudó a Brel a introducirse en ambientes selectos de la cultura parisina. Fue ella la que le ayudó al cantante belga de forma determinante en la formidable puesta en escena de su famoso concierto en el Olimpia de Paris, momento desde el cual Brel empezaría a gozar del reconocimiento general como compositor y cantante.

Suzanne Gabriello - Zizou
Fueron cinco años de pasión y secretos, un amor que iba mucho más allá de la simple aventura y que terminaron con el embarazo de Zizou y la cobardía de Jacques Brel, que lejos de reconocer como suyo aquel hijo optó por esconderse de ella y abandonarla, abanderándose para ello en la obligación hacía su familia, que tiempo antes había alejado de sí mismo para vivir su amor con Zizou con más libertad. 

Aquella experiencia fue la inspiración, meses después de la ruptura, del famoso "Ne me quitte pas", una letra que pudiera parecer el cántico por excelencia del hombre que ruega e implora el no ser abandonado por la mujer amada llegando a la más rotunda humillación de aceptar convertirse en una sombra de ella o incluso de la de su perro; pero la verdad era bien otra, esas palabras, si no las mismas, parecidas, debieron salir de la boca de Zizou; ella era la abandonada a su suerte en pleno embarazo. Para Brel fue siempre una canción dolorosa, una especie de castigo y humillación que se imponía a sí mismo por su reprobable comportamiento con Suzanne Gabriello. Edith Piaf que también cantó la canción (versionada miles de veces), sabía de la historia real y nunca habló bien de Brel, que amante de teatralizar sus interpretaciones tras las clases recibidas de Philippe Clay y de ayudarse de algunas notas de la rapsodia hungara nº 6 de Liszt, convirtió su "Ne me quitte pas" en casi una canción perfecta en la que hasta parece llorar al cantarla. Supongo que Zizou cuando lo veía tan afectado pedir que no se le abandonara se acordaría de aquella otra canción de la Lupe que decía:

Teatro... lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. Fue tu mejor actuación, destrozar mi corazón y hoy que me lloras de veras, recuerdo tu simulacro. Perdona que no te crea, me parece que es teatro y acuérdate que según tu punta de vista yo soy la mala!

Pero dejémonos de Lupes y vamos a la canción, sin duda maravillosa. La canción apareció en septiembre de 1959 en el albúm de Jacques Brel titulado "La valse à mille temps", y aunque no fue un éxito instantáneo, con el tiempo se convertiría en todo un himno al amor perdido, versionada cientos de veces por los mejores cantantes.

Y ahora os dejamos con Brel en acción, cantándola de forma realmente dolorosa:



La letra en español dice más o menos así:

No me dejes...
deberíamos olvidarlo,
todo puede olvidarse,
lo que ya se fue,
olvidar aquel tiempo de malentendidos
y el tiempo perdido,
aprendamos como
olvidar aquellas horas
que a veces mataban
a golpes de porqués
el corazón de la felicidad
No me dejes
No me dejes
No me dejes

Te ofreceré
perlas de lluvia
que vienen del país
en el que nunca llueve.
Escarbaré la tierra
incluso después de mi muerte
para cubrir tu cuerpo de oro y luz.
Crearé un feudo
donde el amor será el rey
donde el amor será la ley
y tu serás la reina.
No me dejes
No me dejes
No me dejes

No me dejes
Inventaré para ti
palabras sin sentido
que sólo té entenderás.
Te hablaré
de aquellos amantes
que vieron por dos veces
sus corazones abrazarse.
Te contaré
la historia de aquel rey
que murió por no haber
podido conocerte
No me dejes
No me dejes
No me dejes

¿Acaso no se ha visto
renacer el fuego
de un antiguo volcán
que se creía demasiado viejo?
¿Acaso no existen
tierras quemadas
que producen más trigo
que el mejor de los abriles?
Y cuando llega el atardecer,
para que un cielo se inflame
¿Acaso el rojo y el negro
no se juntan también?
No me dejes
No me dejes
No me dejes

No me dejes.
No lloraré más
No hablaré más
Me esconderé
para verte bailar, sonreír
y para escucharte
cantar y después reír

Deja que me convierta
en la sombra de tu sombra
en la sombra de tu mano
en la sombra de tu perro, pero...
No me dejes
No me dejes
No me dejes


Fuente: A partir de:

Las imágenes han sido tomadas de la siguientes páginas:
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http://diyeivago.blogspot.com.es/2013/06/amor-con-de-arrastrado.html