domingo, 4 de marzo de 2018

Alejandro Dumas y el Mosquetero Negro



"¡Oh, querido d’Artagnan! -continuó Aramis, tomando un ligero acento de amargura-. Creedme, ocultad vuestras llagas cuando las tengáis, pues el silencio es la última felicidad para los desgraciados; guardaos de confiar vuestros pesares a nadie; los que nos oyen se alimentan de nuestras lágrimas, como las moscas de la sangre de un animal herido. "

Es un fragmento de "Los tres mosqueteros" obra de Alejandro Dumas (con la ayuda de Maquet), quien muy seguramente se inspiró -en parte- en la vida de su padre, un general de Napoleón, tanto para sus mosqueteros como para "El Conde de Montecristo", sobre todo en cuanto a las cualidades humanas se refiere. Y es que el padre del escritor tuvo una vida ciertamente novelesca que hace poco nos fue recordada por Tom Reiss en su obra "El Conde negro" ganador del Pulitzer de biografía en 2013. El general era hijo de Antoine Alexandre Davy de la Pailletterie, un marqués bastante díscolo que huyendo de sus deudas marchó a Santo Domingo donde se amancebó con la esclava negra Marie Cassette Dumas, que le dio dos hijos mulatos. Uno de aquellos chicos sería el futuro general Thomas-Alexandre Davy de la Pailleterie, quien al no disfrutar de una buena relación con su padre adoptó con el tiempo el apellido de su madre y se convirtió en el primer Alejandro Dumas de los tres que han dejado huella en la historia, al que seguiría su hijo el primer Dumas escritor y a continuación su nieto, Alexandre Dumas que escribiría "La dama de las camelias"

El muchacho, que había recibido una buena educación, era dueño de una fuerza hercúlea, un valor sin medida y un acendrado sentido de la justicia y la bondad, se enroló en el ejercito como soldado raso y fue capaz de ir logrando ascenso tras ascenso en el ejercito, a cual más increíble, hasta convertirse en el primer general negro del ejército francés y de Europa, algo solo posible en una Francia revolucionaria que abogaba entre sus principios por la Igualdad. 

Con 31 años llegó a comandar un ejército de 53.000 hombres en las campañas napoleónicas de Italia; allí fue capaz de impedir el solo que un escuadrón enemigo cruzara un puente. "En Austria capturó una batería más inaccesible que los cañones de Navarone" cuenta su biógrafo Tom Reiss, en otra ocasión conquistó el monte Cenis, la llave de los Alpes, después de hacer 1700 prisioneros. Una hazaña tras otra hizo que los austriacos lo conocieran como "El diablo negro". Hitos de los que se haría eco la prensa como podemos ver en la ilustración de la derecha. 

Terminó perdiendo el favor de Napoleón durante la campaña de Egipto. Allí defendió a civiles de los atropellos de los soldados, denunció la cobardía de otros generales y para colmo tuvo el valor de decirle al futuro Emperador: "Creí  que habíamos venido a liberar, no a dominar. Por la gloria y el honor de la patria, yo daría la vuelta al mundo, pero si solo se tratara de un capricho suyo, no daría un solo paso...". Tras esto y camino de vuelta a Francia su barco naufragó frente al reino de Nápoles, enemigo de Francia, siendo hecho prisionero durante dos años. Logra sobrevivir a un intento de envenamiento por sus carceleros y para cuando logra ser liberado en un canje de prisioneros ya se encuentra muy debilitado. Parece que este episodio vivido por su padre en los calabozos, en los que hubo de sufrir la injusticia y el oprobio motivaron la venganza literaria que no pudo llevar a cabo el general en forma de "El conde de Montecristo". 

El primer Alejandro Dumas escritor  era por supuesto también mulato pero orgulloso en extremo de su padre y sus orígenes. Dicen que cuando murió su padre el General teniendo tan solo cuatro años, le dijeron que Dios se lo había llevado. El pequeño enrabietado cogió el fusil de su padre y se fue escaleras arriba. Cuando le preguntaron a donde iba contestó: "Voy a matar a Dios". Con estos antecedentes será fácil entender la siguiente anécdota:

Durante una recepción en uno de los salones literarios parisinos, un extranjero se dirigió a Dumas de forma ciertamente poco cortés y le pregunto:
- Perdóneme si soy demasiado curioso, señor Dumas. ¿Es usted descendiente de negra y europeo?
- Efectivamente, lo soy. Dijo Dumas que nunca ocultaba su origen.
-¿Y su señor padre?
- Pues... era mulato.
- ¿Y su abuelo, señor Dumas? Insistía el personaje
- Era negro, de eso tengo la absoluta certeza. Contestó ya un tanto molesto el escritor.
- Ah, ¿Y podría saber qué era su bisabuelo?
- ¡Un mono, señor mío, un mono! dijo ya con enfadado Dumas, que completo la respuesta con otra certeza: Porque mi linaje comienza donde termina el de usted.

A pesar del éxito de sus libros, Alejandro Dumas no logró el reconocimiento absoluto en vida. Era despreciado por Balzac que ser refería a el como "Ese negro" o Verlaine que lo comparaba con "El Tio Tom". Sus restos solo llegaron al Panteón de los Ilustres en 2002, 132 años después de su muerte. 

Y para terminar un trocito de "El Conde de Montecristo". Podrían ser palabras del general:

"En cuanto a vos, Morrel, he aquí el secreto de mi conducta. No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuan buena y hermosa es la vida. Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidéis nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar! "


Fuente: A partir de:
xlsemanal.com - Alejandro Ddumas Padre - El cuarto mosquetero era negro

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