lunes, 17 de junio de 2013

Marlene Dietrich y los premios Oscar


¿Qué hacer para ganar un Oscar? Interpretar personajes bíblicos a todo color, a curas y víctimas de enfermedades dolorosas o trágicas: ceguera, sordera, mutismo, así como algunas variantes como el alcoholismo y la esquizofrenia u otros problemas mentales aparecidos ya en películas de éxito. Cuanto más trágico es el problema o la enfermedad llevada a la pantalla, mayor oportunidad posee la película de conseguir un Oscar"
 
Son palabras de Marlene Dietrich, una de las grandes olvidadas de los premios Oscar. Tan solo fue nominada una vez, en 1931 por su papel Amy Jolly en "Morocco", aquella mujer enferma de amor que era capaz de seguir descalza por las arenas a su bello legionario que no era otro que un joven Gary Cooper (podemos verlos juntos en la imagen promocional de la película que acompaña el texto). El galardón se lo llevó una olvidada Marie Dressler por "La fruta amarga". Todavía la cosa se agrava recordando películas de la Dietrich en los que pese a su sensacional actuación no mereció ni tan siquiera una nominación. Cabe citar el "El expreso de Shanghai" (1932), "La venus rubia" (1936), "Deseo" (1957), "Sed de mal" (1958) y por último y ya con rango de delito el desprecio de la Academia hacia su papel en "Testigo de cargo" (1957). Ni tan siquiera se llevó el bálsamo de un Oscar a toda su carrera….