Stieg Larsson, profundamente comprometido en la lucha contra el racismo y la ultraderecha antidemocrática, participó a mediados de los 80 en la fundación del proyecto antiviolencia Stop the Racism. En 1995 fue uno de los promotores de la Fundación Expo, dedicada a "estudiar y cartografiar las tendencias antidemocráticas, de extrema derecha y racistas en la sociedad". Desde 1999 fue director de la revista de la fundación, también llamada Expo. Empezaron con la revista en 1995 cuando siete personas fueron asesinadas por nazis. Él trabajaba de noche para intentar que todo siguiera funcionando, pero según el mismo Larsson, no recibieron ningún apoyo de la sociedad, y en 1998 la revista se vino abajo. Se reorganizaron con una nueva gestión en 2001. Escribió varios libros de investigación periodística acerca de los grupos nazis de su país y de las conexiones entre la extrema derecha y el poder político y financiero. Amenazado por la ultraderecha, no quiso casarse con su pareja, la arquitecta Eva Gabrielsson, para que su nombre no constara en ningún registro oficial (un compañero periodista suyo fue asesinado con un coche-bomba).
En cierto modo, la famosa trilogía de libros de Stieg Larsson, "Millenium", puso sobre el tapete el tema de la presencia nazi en Suecia hasta bien avanzado el siglo XX.
Una de las creencias de la ideología nazi era la superioridad de la raza aria, manteniendo la “higiene racial” mediante la eugenesia (la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención… como la eliminación o la esterilización).
Esta idea no fue original de los nazis… sino de los suecos (esa sociedad a la que tenemos como modélica pero que también tiene su historia).
En 1922 se aprobó en el Parlamento sueco, el primer país del mundo, la creación delInstituto Nacional de Biología de las Razas para examinar la antropología del pueblo sueco y establecer una clasificación de las distintas razas. Se recopilaron datos, estadísticas y fotografías de 100.000 suecos para dicho estudio. En 1926 se publicaron los resultados en el libro “Swedish racial studies” por el profesor Herman Lundborg, director del Instituto. El caso es que tras la aprobación en 1934 de la ley de esterilización por el gobierno de Per Albin Hansson, apoyado por todos los partidos políticos, el estudio se utilizó para “higienizar la raza”. Desde la aprobación de la ley hasta su derogación en 1975 más de 60.000 personas fueron esterilizadas por considerarlas “deficientes, imbéciles, desviados y una carga para la sociedad“, y 4.500 fueron lobotomizados por “indeseables“.
Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial, a finales de 1939, Suecia adopta, en conjunto con las otras naciones nórdicas, una posición de neutralidad ante el conflicto bélico y de colaboración mutua entre ellas.
Y es esta imagen de la que queda constancia a los ojos del mundo. Sin embargo, al investigar sobre las pistas que nos dio Larsson, uno se encuentra, por ejemplo, con la supuesta existencia de una SNAS (Asociación Nacional Alemana-Sueca) que apoyó a las tropas nazis durante la guerra, con que el líder del Partido Socialdemócrata sueco y Ier Ministro entre 1932 y 1946, Albin Hansson, mantenía correspondencia con Mussolini, con que los tribunales podían disolver matrimonios contraídos entre suecos y alemanes que contaban con antecedentes judíos y con que la investigación del historiador Tobias Hübinette, que data del año 2002, da los nombres de personalidades del mundo político, aristocrático, artístico y cultural que, incluso después de su derrota, fueron representantes de la doctrina de Hitler.
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