La mayoría de la gente enferma por no saber decir lo que ve y lo que piensa.
Tengo que elegir entre lo que desprecio, o el sueño, que mi inteligencia odia, o la acción,
que a mi sensibilidad repugna: o la acción para la que no nací o el sueño para el que no
nació nadie.
Resulta que, como desprecio uno y otro, no elijo ninguno; pero como, llegada la hora, he
de soñar u obrar, mezclo una cosa con la otra.
…
Fracasé de antemano en la vida porque ni soñándola me pareció deleitable. Soy algo
incierto que fui. Me siento expulsado de mi alma. No aspiro a nada, me duele la vida...
¿Qué tengo yo con la vida?
Lloro sobre mis versos malos de la infancia como sobre un niño muerto, un hijo muerto,
una última esperanza que se fue.
Fernando Pessoa (1888-1935), extracto de Libro del desasosiego (como Bernardo Soares),
traducción de Santiago Kovadloff
Terrible depresión la de este portugués.
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