jueves, 6 de junio de 2013

Rita Hayworth y Orson Welles: La bella y el cerebro



No cabe duda de que una de las grandes parejas de Hollywood fue la formada por Orson Welles y Rita Hayworth, uno el muñidor de una nueva manera de entender el cine y la otra una diosa encarnada en mujer que era el sueño de cualquier hombre, tal es así que los medios solían referirse a la pareja como "la bella y el cerebro". El matrimonio duró tan sólo duró cuatro años, de 1943 a 1947.
 
Welles se enamoró de la imagen de Rita, a través de una foto en una revista y delante de sus amigos dijo que al volver a Hollywood se casaría con ella, algo que logró. Pero no se puede uno casar con una imagen… Rita era Gilda en las fotografías pero en casa era Margarita Casino, una mujer sencilla, frágil y puede que hasta un pelín simple. Lejos de los focos Rita se apagaba y que Welles hiciera manifestaciones del tipo "Era aun más bella sin maquillaje" no eran suficientes para equilibrar una relación en la que él, un ser encantado de conocerse a sí mismo, era capaz de recitar de memoria obras completas de Shakespeare, mientras que ella apenas tenía estudios y soportaba la inseguridad que le había provocado el maltrato de su padre. En este ambiente Welles no desaprovechaba una sola ocasión para humillar a Rita y minusvalorarla.

La relación no tardó en explotar en mil pedazos y tras tener una hija no deseada por Welles, Rebecca, el matrimonio llegó a su fin. Se les escuchó multitud de declaraciones en los medios. Por un lado ella decía:

“No saben ustedes cuanto me esforcé por formar un hogar con el señor Welles. Pero a él no le interesaba el hogar. Todas las noches me decía que deseaba ser un hombre libre”.

Tiempo después refiriendose a su matrimonio decía Rita: El tiempo de la dicha»....Welles al enterarse, comentó a sus amigos con voz sombría: «Si aquello fue la felicidad, imaginad lo que habrá sido para ella el resto de su vida».

Por su parte Welles decía:

“No pueden darse una idea de cuánto me aburría con Rita”

“Las mujeres son idiotas en general, pero ella era la más idiota de todas.”

"Estaba convencido de que algún otro podría hacerla feliz, para mí era imposible y lo único que podía hacer era darle momentos de alegría durante la semana. Iba a pasarme la vida encontrándome con una mujer deshecha en llanto cuando volvía a casa. Me sentía muy culpable. La quería mucho. ¡Fue terrible!

"Podría haber intentado reparar los platos rotos, pero estaba al límite de mis fuerzas. Ese sentimiento de fracaso se había vuelto insoportable para mi. Había hecho todo lo que estaba en mi mano. Es como si yo solo le aportase tormentos. Me veía condenado el resto de mi vida a encontrarme a mi mujer llorando cada vez que volviese a casa"

Se cuenta que por estas razones el cineasta terminó lanzándose en brazos de otras mujeres y precipitando el divorcio. La frase lapidaría vendría finalmente de Rita Hayworth, y define todo lo ocurrido en este matrimonio que nace del glamour de una fotografía en una revista:

«Todos los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan conmigo»

El terminó perdiendo algo de su brillo y acumulando kilos sin fin, ella se convertiría poco tiempo después en la primera princesa del cine, al casarse con el príncipe Aga Kahn, siete años antes de que lo hiciera Grace Kelly con Rainiero (que parece que es la única en lograr el cuento de hadas)

Curiosamente un año después de su divorcio el destino los juntó para realizar una de las grandes obras del cine negro: "La dama de Shanghai"…..
Cuando a ella le preguntaron por la razón de acceder a realizar esta película dijo: "Se lo debía a Orson"… el resto de la historia de este sensacional film lo contaremos en breve, que también tiene su miga.

La fotografía que encabeza el artículo es una imagen promocional de "La dama de Shanghai"

 
Orson Welles y Rita Hayworth al ritmo de "When a man loves a woman" de Percy Sledge

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