Después de varias generaciones dedicadas originalmente a la industria farmacéutica de la que el chocolate era sólo una parte, Emil Menier, descendiente del fundador, decide dedicar la industria exclusivamente a la producción de chocolates en vista del éxito de este producto, asociado a plantaciones de cacao que la familia poseía en Nicaragua. Así, encarga a Jules Saulnier la construcción de este edificio (1871 -1872), considerado el primer edificio de varias plantas estructurado íntegramente en hierro forjado, hito de la arquitectura industrial y de la arquitectura en hierro y acero.
Montado sobre cuatro pilas de piedra sobre el lecho del río, de manera que tres enormes turbinas podían trasmitir energía directamente al edificio, el edificio se apoya en sendas vigas de acero que reciben un sistema de columnas, vigas y un entramado de tirantes diagonales que conforman el esqueleto metálico del edificio, y la estructura portante de la fachada. La estructura compuesta por estas diagonales a la vista que junto con los pilares y las vigas de los entramados horizontales, funciona como una enorme viga reticulada, un esqueleto completo de hierro. Desde el punto de vista tipológico, también puede ser considerado un puente de varios pisos.
La fachada está revestida en ladrillo hueco ricamente ornamentado con cerámicos representando flores de cacao representando “un inmenso tapiz oriental” en palabras de su autor.
Con el tiempo, nuevas ampliaciones a la industria (incluido un edificio para la refrigeración del chocolate -del arquitecto Stephen Sauvestre que trabajaba con Gustave Eiffel- y conocido como “la Catedral”) dieron forma a un complejo industrial de gran interés.
Hoy el edificio del molino es propiedad de Nestlé y está nominada como patrimonio de la Humanidad por Unesco.
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