Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes |
La
primera canción que se considera una bossa nova se grabó en 1958. Nos referimos
a Chega de Saudade, un tema compuesto por Jobim y Vinicius que grabó João Gilberto y podemos ver bajo estas
líneas interpretada por el propio Gilberto y Jobim en 1988 con motivo de
celebrarse los treinta años del evento.
Rápidamente
la bossa se hizo tremendamente popular en Brasil y sus ecos se dejaron sentir
fuera de sus fronteras. Ello se debería principalmente a los trabajos de João
Gilberto, Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes, entre otros, y al interés
por el ritmo nuevo que mostraron muchos músicos de jazz, como el saxofonista
Stan Getz. Fue también determinante el éxito conseguido por la película de
Marcel Camus Orfeo negro (1959),
Palma de Oro en el Festival de Cannes y oscar a la mejor película extranjera,
cuya banda sonora corrió a cargo de Jobim y Luiz Bonfá, con canciones tan
famosas como A felicidade –“Tristeza
não tem fim, felicidade sim”– y Manhã de Carnaval.
Escuchemos ambas. La primera por el propio Jobim –acompañado, entre otros, por
Jacques Morelenbaum (violoncelo), Paulo Jobim (guitarra), Danilo Caymmi (voz y
flauta)– en el Festival de Jazz de Montreal de 1986. La segunda (música de
Bonfá) a cargo de Bonfá y Caternina Valente en 1965.
Tres años después (1962) vería la luz la canción más popular
de todas cuantas se han escrito hasta el momento dentro de la bossa nova.
Estamos hablando, cómo no, de Garota de Ipanema. La anécdota que dio
paso a la composición es sobradamente conocida: Tom Jobim y Vinicius de Moraes
veían pasar todos los días frente al café Veloso, en el que ellos se sentaban,
a una hermosa joven de 18 años (Helô Pinheiro) camino de la playa. La
admiración que despertó en ellos dio lugar a Menina que passa, como en
un primer momento se denomino Garota de Ipanema. Escuchemos a João
Gilberto y Tom Jobim treinta años después de que fuera compuesta la canción.
Garota de Ipanema, el mayor éxito de la música
brasileña, pasaría a partir de entonces a formar parte del repertorio de toda
clase de músicos, hasta el punto de ser el segundo tema más versionado en el
mundo, solo superado por Yesterday, de The Beatles. A través de ella la
bossa sería conocida, y reconocida, internacionalmente. Decisiva fue la
grabación que en 1964 realizaron Stan Getz y João Gilberto del tema, incluido
en el legendario LP Getz/Gilberto, un disco que tuvo una gran
repercusión a todos los niveles y sirvió para descubrir otra de las voces
carismáticas de la bossa: Astrud Gilberto, entonces pareja sentimental de João.
Quedarse con uno solo de los temas que figuran en este espléndido disco es
prácticamente imposible, pero Garota de Ipanema es, sin duda,
imprescindible. La interpretan Astrud Gilberto y Stan Getz en una actuación
para televisión el mismo año que salió el álbum.
De los demás que integran este legendario álbum nos hemos
decantado por Desafinado (música de Jobim, letra de Newton Mendoça) en
tanto que su letra es una declaración de intenciones de lo que representaba y
quería ser la bossa nova: “Si usted dice
que yo desafino, amor, / sepa que esto en mí provoca inmenso dolor / ... / Si
usted insiste en clasificar / mi comportamiento de antimusical, / yo, incluso
mintiendo, puedo argumentar / que esto es “bossa nova”, / que esto es muy
natural / .../ Usted con su música olvidó lo principal / y es que en el pecho
de los desafinados, / en el fondo del pecho late callado… / y es que en el
pecho de los desafinados / ¡también late un corazón!”. En el vídeo con que
finalizamos esta entrada vemos a Tom Jobim en un momento de un histórico
recital que tuvo lugar en Milán en 1978. Lo presenta, sentado y con su inseparable whisky, Vinicius.
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