"No te lo vas a creer pero cabías en la palma de mi mano, te levantaba y le decía a tu madre: este va a ser el mejor chico del mundo. Este chico va a ser mejor de lo que nadie se imagina. Y fuiste creciendo cada vez más estupendo. Era fantástico poder observarte, un privilegio. Y cuando te llegó el momento de hacerte un hombre y afrontar el mundo lo hiciste, pero en algún momento del trayecto cambiaste, dejaste de ser tú, permitiste que te señalaran y que te dijeran que no sirves y cuando empeoró todo buscaste a quien echarle la culpa, a una sombra alargada. Voy a decirte algo que tú ya sabes. El mundo no es todo alegría y color, es un lugar terrible y por muy duro que seas es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas sino lo fuerte que pueden golpearte, y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana. Si tú sabes lo que vales ve y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes y no puedes estar diciendo que no estás donde querías llegar por culpa de él, de ella ni de nadie, eso lo hacen los cobardes ¡ y tú no lo eres¡, tú eres capaz de todo. Yo te querré en cualquier situación, pase lo que pase, eres mi hijo y llevas mi sangre. Tú eres lo mejor de mi vida, pero hasta que no empieces a creer en tí mismo no tendrás tu vida propia. No olvides visitar a tu madre"
Pues sí, el siempre balbuceante e indeciso Rocky Balboa (con la misma voz de doblaje de Al Pacino), se marca este sensacional monólogo en la sexta entrega de la saga (Rocky Balboa - 2006), dirigida por el propio actor y que tuvo buenas críticas, elevando notablemente el nivel de algunas de las entregas anteriores.
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