miércoles, 25 de septiembre de 2013

Jean Genet.- Diario del ladrón






El traje de los presidiarios es de rayas, rosa y blanco. Si, conminado por un impulso del corazón, elegí yo el universo en que me complazco, al menos puedo descubrir en él los numerosos sentidos que deseo: existe, pues, una relación estrecha entre las flores y los presidiarios. La fragilidad, la delicadeza de aquellas son de la misma naturaleza que la brutal insensibilidad de éstos. Si tuviera que representar a un presidiario, o a un criminal, lo adornaría con tantas flores que él mismo, al desaparecer bajo ellas, se convertiría en otra, gigante, nueva.Hacia lo que se denomina el mal, por amor, corrí una aventura que me condujo a la cárcel. Si no siempre son bellos, los hombres consagrados al mal poseen virtudes viriles. Voluntariamente, o víctimas de una elección accidental, se hunden, con lucidez y sin quejas, en un elemento reprobador, ignominioso, semejante a aquel en que, si es profundo, precipita el amor a los seres. Los juegos eróticos descubren un mundo innominable que es revelado por el lenguaje nocturno de los amantes. Semejante lenguaje no se escribe. Se susurra, de noche, al oído, con voz ronca. Al amanecer se olvida. Negando las virtudes de vuestro mundo, los criminales aceptan, desesperadamente, organizar un universo prohibido. Aceptan vivir en él. Su atmósfera es nauseabunda: saben respirarla. Pero —los criminales están lejos de vosotros— como en el amor, se separan y me separan del mundo y de sus leyes.

Imagen.- Brassai

1 comentario:

  1. http://miradasylugares.blogspot.com.es/26 de septiembre de 2013, 12:36

    Tu blog me sorprende por la sensible combinación de imagenes y palabras ( algo no tan facil ) con pocos elementos dices mucho|| así que ha sido inevitable hacerme seguidora de tu blog|

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.