martes, 9 de julio de 2013

Stefan Zweig.- El hombre extraordinario



“Porque el hombre extraordinario busca inconscientemente un destino extraordinario; su naturaleza sobredimensional es, conforme a su organismo, vivir heroica o, en palabras de Nietzsche, «peligrosamente»; desafía violentamente al mundo con la violenta aspiración que habita en él. Así, en última instancia, el carácter genial no es inocente de sus padecimientos, porque la misión que hay en él ansía de un modo místico esa prueba de fuego para desencadenar una última fuerza; como la tormenta a la gaviota, su fuerte destino le sostiene con más fuerza y lo eleva más alto. En cambio, el carácter mediocre busca por naturaleza formas de vida apacibles; no quiere, no necesita en absoluto una tensión mayor, preferiría vivir tranquilo y en las sombras, donde no sopla el viento y la temperatura del destino es moderada; por eso se niega, por eso se atemoriza, por eso huye cuando una mano invisible lo sacude. No quiere responsabilidades en la historia universal, al contrario, las teme; no busca el sufrimiento, sino que se le impone; desde fuera, no desde dentro, es obligado a ser más grande que su auténtica dimensión. Ese sufrimiento del no-héroe, del hombre mediocre, no me parece menor que el patético sufrimiento del verdadero héroe, porque le falte un sentido visible, y quizá es aún más estremecedor; porque el hombre común tiene que soportarlo por sí mismo y no tiene, como el artista, la bendita salvación de transformar su tormento en obra y forma perdurables.”

(de "María Antonieta")

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