domingo, 14 de abril de 2013

Carta de Albert Einstein a Niels Bohr




¡No frunza el entrecejo! Esto no tiene nada que ver con nuestra vieja controversia sobre los
problemas físicos, sino con algo en que estamos completamente de acuerdo. Bertrand Russell
me escribió recientemente una carta que le incluyo en la presente. Intenta reunir un pequeño
grupo de científicos de renombre internacional para firmar y enviar a todos los países, a todos
los gobiernos, una declaración sobre la peligrosa situación creada con las armas atómicas y la
carrera de armamentos. Esta declaración ha de coincidir con la acción política iniciada por los
países neutrales.
Bertrand Russell sabe que le he escrito y está de acuerdo. Desde luego sabe que usted podría
ser una inmensa ayuda en el proyecto por su gran influencia, su experiencia y sus relaciones
personales con gente destacada; en realidad, cree que sus consejos y su participación activa
son virtualmente indispensables para el éxito de la empresa.
La acción de los científicos no debe limitarse a los representantes de los países neutrales; pero
la elección de los participantes debería demostrar claramente la ausencia de todo partidismo
político. Si no interpreto mal la intención de Russell, quiere hacer algo más que subrayar el
peligro que corre el mundo; quiere pedir que los gobiernos reconozcan públicamente la
necesidad de renunciar al uso de la fuerza militar como medio de resolver las disputas internacionales.
Si usted aprueba, en principio, el plan, ¿tendría la amabilidad de entrar en relación con
Bertrand Russell y decirle que está dispuesto a participar? Entre ustedes dos podrían decidir
entonces a qué personalidades debería invitarse. Entre los científicos de los Estados Unidos
pienso en Urey, Szilard y James Franck, pero quizá no sea conveniente que haya un número
excesivo de físicos. Estoy dispuesto a escribir a cualquiera de los que ustedes dos consideren
conveniente, pero vacilo en tomar la iniciativa, en dar el primer e irrevocable paso, hasta que
sepa cuál es su opinión.
En los Estados Unidos las cosas se complican porque lo más probable es que los científicos de
más renombre, que ocupan posiciones oficiales, no se decidan a participar en esta «aventura».
Mi propia participación puede tener una influencia favorable en el extranjero, pero no aquí,
donde se me considera como una oveja negra (y no sólo en cuestiones científicas).
Creo que habremos dado un gran paso si usted y Bertrand Russell se ponen de acuerdo sobre
los puntos fundamentales. De momento no es necesario que me escriba.
Con mis más cordiales saludos
ALBERT EINSTEIN


La carta de Einstein a Niels Bohr fue  enviada al Instituto de Física Teórica de Copenhague,
con  fecha de 2 de marzo de 1955

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