En cierta ocasión hablaba la sensacional Marlene Dietrich con su preciosa hija Maria Riva, ambas juntas en la foto, y esta última le dijo:
-Hasta que no cumpla los veinticinco años, mamá, no tengo intenciones de casarme.
Su madre, experta en el arte de encandilar a los hombres mediante los más variados artificios le respondió:
No, hija mía, tú no debes cumplir los veinticinco años hasta que te hayas casado.
Anécdota que expresa muy bien como era el sentir de aquellos años 40 y 50 respecto al matrimonio y su importancia en la vida de una mujer.
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