sábado, 19 de enero de 2013

Zenobia Camprubí.- diarios



[Miami, martes 12 de marzo de 1940]

"Hoy fue un mal día para mí. Empecé con ganas de escribir un cuento y escribí una página y media con gran estilo y concentración hasta que vino J. R.(Juan Ramón Jiménez)  con una larga diatriba sobre el comer fuera, echarse a perder el estómago y envenenarse el organismo durante una semana. Las ideas se me esfumaron, así es que me puse el sombrero y me fui al mercado. Cuando regresé, no pude continuar ni concentrarme con la tensión de que en cualquier momento me pudiera llamar para escribir a máquina. Por la tarde, fuimos a dar una vuelta en el coche para explorar los alrededores, pero sin ningún resultado, pues el día era cálido y no había muchos árboles. Regresamos, y J. R. empezó a quejarse constantemente del ruido que se oía cada vez que yo trataba de volver la página del periódico, lo que hacía con el mayor cuidado. Luego, cuando estábamos escribiendo a máquina, Mrs. Lowe vino un momento para invitarnos a un concierto y J. R. estuvo a punto de ponerse furioso por la interrupción. Después de escribir a máquina, mencioné que quería oír a Kalterborn y J. R. dijo: “¿Ahora?” Esto fue el colmo; así es que me monté en el coche y me fui a un lugar tranquilo donde pudiera pensar en un plan para no pasarme toda la vida como si estuviera en la sala de espera de una estación: esperando a cocinar o escribir a máquina para J. R. Desayuno a las 8 a. m. Máquina a las 10. Almuerzo a la 1. Máquina a las 3:30. Cena a las 7:30, lo que no me deja tiempo entre medias para hacer siquiera un viaje a Miami, por no hablar de citarme con alguna amiga. También la traducción está atrasada, porque no hay una hora al día en que pueda escribir a máquina sin molestar a J. R."

Imagen: Zenobria y Juan Ramón el día de su boda

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