martes, 25 de junio de 2013
Dos cartas de Pablo Neruda a Matilde Urrutia
(Carta de madera olorosa)
"Señora mía muy amada, gran padecimiento tuve al escribirte estos mal llamados sonetos y harto me dolieron y costaron, pero la alegría de ofrecértelos es mayor que una pradera. Al proponérmelo bien sabía que al costado de cada uno, por afición electiva y elegancia, los poetas de todo tiempo dispusieron rimas que sonaron como platería, cristal o cañonazo. Yo, con mucha humildad hice estos sonetos de madera, les di el sonido de esta opaca y pura substancia y así deben llegar a tus oídos. Tu y yo caminando por bosques y arenales, por lagos perdidos, por cenicientas latitudes, recogimos fragmentos de palo puro, de maderos sometidos al vaivén del agua y la intemperie. De tales suavizadísimos vestigios construí con hacha, cuchillo, cortaplumas, estas madererías de amor y edifiqué pequeñas casas de catorce tablas para que en ellas vivan tus ojos que adoro y canto. Así establecidas mis razones de amor te entrego esta centuria: sonetos de madera que sólo se levantaron porque tú les diste la vida."
"Hoy es el sábado 28 y he amanecido sin tus pies. Fue así. Me desperté y toqué al fin de la cama una cosa durita que resultó ser la almohada, pero después de muchas ilusiones mías. El hijo de nuestra tía se portó indiferente, me esperaba un auto (del impresor) y marché raudo. Tu hijo será gordo y maravilloso, tendrá 180 páginas. Y tendrá dibujitos en la frente y trasero. Bueno, parece que mi tía no quiere que vuelva a Italia y debes preparar tu viaje, pero con calma, como cuando comemos. Hasta ahora es así. No sé si en el día se cambiarán las cosas. Esta mañana me llevaron a un sitio con una tina blanca, no comprendí al principio, pero me metí, con miedo de disolverme. Había una gran toalla, qué pérdida de trapo, en S. Angelo se hubiera cortado en 12 y hubiera servido hasta junio 1953. Cuando me levanté y abrí a la camarera vi que me faltaba una parte de pyjama que según me dicen se llama pantalón. Es así: [dibujo de un pantalón.] Patoja mía estoy contento, soy como un soldado con su retaguardia segura. No me importa el fuego. No sé si estoy aun con mar o agua de Patoja, todo mi cuerpo está saturado de tí. Eres parte de mí, como la pirinola de su cane, sólo que tengo pirinolas tuyas hasta en el alma. Recién me llaman, esta tarde te escribiré de nuevo, acumularé todo el día besos para todo tu cuerpo que es interminable para mí, aunque la vida me la pasaré besándolo no lo terminaré de besar. Desperté a las 6 ½ y a las 8 estaba vestido, son las 9 salgo a los tickets. Hay algo más importante que tu y que yo, somos tu y yo. Juntos somos lo que la pobre gente no alcanza jamás, el cielo en la tierra. Te aprieto a mi corazón, amor mío, con cuerpo, alma y amor. Tuyo Tu capitán."
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