Mucho antes de que la perrita Laika viajara al espacio, hubo muchos otros perros que hicieron vuelos suborbitales y que en su mayoría volvieron con vida. Los pioneros fueron Dezik, Tsygan y Lisa en Julio de 1951. Aquellos canes viajaban con trajes de presión y escafandras con cristal acrílico a bordo de misiles R-1, R-2 o R-5 que los llevaban hasta alturas comprendidas entre los 100 y los 450 km. Entre aquellos sufridos astronautas de cuatro patas uno no puede dejar de tener cierta admiración por uno que se llamaba Bolik y que se escapó días antes del despegue programado. Hubo otros que lo intentaron pero fueron apresados y lanzados al espacio como estaba programado, pero no fue el caso de Bolik del que nunca más se supo. Eso si los rusos siempre tienen soluciones y el puesto del prófugo fue tomado por un perro callejero al que se le dio el nombre en clave de ZIB (ЗИБ) siglas que en ruso corresponden a: "Sustituto del extraviado Bolik". Si alguna vez tengo un perro ya se que nombre ponerle...
Con el tiempo llegaría la famosa Laika (a la izquierda), con su triste historia. Fue lanzada en el Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957 y aunque otros perros anteriormente habían superado con seguridad el límite con el espacio, Laika es considerada oficialmente como el primer ser vivo en viajar fuera de la órbita de nuestro planeta. Durante mucho tiempo se nos dijo que había muerto al agotarse el oxigeno, cuando la verdad es que solo aguanto entre cinco y siete horas debido al estrés y a un colapso térmico.
Pero no quedaría ahí la cosa, y antes de que el amigo Yuri Gagarin diera sus paseítos desde el Vostok, dos nuevos perros (y algunos maniquíes como el apodado Iván Ivánovich) fueron lanzados al espacio, las menos conocidas Belka y Strelka (en la foto de inicio), que pasaron todo un día a bordo del Sputnik 5 y que esta vez si retornaron sanas y salvas a la Tierra, siendo los primeros animales que hicieron el trayecto de ida y vuelta, algo así como lo de Colón con América. Para ser sinceros también iba un conejo y 42 ratones pero supongo que la lista de nombres sería tan insufrible como la de los reyes godos y no ha trascendido.
El caso es que Strelka terminó por tener seis crías con un perro también entrenado para viajar al espacio, Pushok. Uno de los cachorros tomo el nombre de Pushinka y fue regalado por Nikita Kruschev a Caroline Kennedy, la hija del presidente norteamericano Jhon Fitzgerald Kennedy, la cual no tuvo reparos en romper toda la beligerancia de la guerra fria y emparejarlo con su propio perro Charlie, junto con el cual llegó a tener cuatro cachorros: Butterfly, Streaker, Tips y Blackie y que eran conocidos como Pupniks (combinación de pup - cachorro y el nik del final de Sputnik). Sin duda, este fue uno de los pocos romances ruso-americano que se pudo permitir aquella convulsa época en la que quedaba poco para que los dueños de Strelka y Charlie pusieran en serio peligro el planeta con la estresante crisis de los misiles de Cuba.
Hoy Belka y Strelka tienen desde sellos dedicados a su viaje a todo tipo de souvenirs con su imagen, amen de una serie de dibujos animados de la que son protagonistas. Sus cuerpos disecados se pueden ver en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú, donde al único perro del espacio que no podrán encontrar es al espabilado de Bolik.
Belka y Strelka preparadas para el viaje |
Las imágenes han sido tomadas de las siguientes páginas:
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Fuentes:
http://www.transponder1200.com/perros-en-el-espacio-gracias-y-perdon-laika/
http://danielmarin.naukas.com/2010/08/19/50-anos-de-strelka-y-belka/
https://es.wikipedia.org/wiki/Perros_del_programa_espacial_sovi%C3%A9tico
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