Gloria Swanson en "El crepúsculo de los dioses" |
"Dadme dos páginas de la Biblia y haré una película"
Son palabras del gran Cecil B. De Mille, quien además mantenía que solía leer la Biblia a diario por "encontrarla nueva y en sintonía maravillosa con las cambiantes necesidades de cada día".
Y es que nadie duda de que a pesar de que solo fueron cinco los títulos entre su nutrida filmografía que tenían el libro sagrado como fuente principal de inspiración, su carrera no hubiese sido la misma sin la épica de trabajos como sus dos versiones de "Los diez mandamientos", "Sansón y Dalila", "El Rey de Reyes" o "El signo de la Cruz".
Con estos mimbres no es de extrañar aquella simpática historia que cuenta como en los años cuarenta se corrió por Hollywood el sólido rumor de que DeMille se encontraba preparando el rodaje de una película sobre "Adan y Eva". No tardó en presentarse ante el director uno de esas actrices que conoció tiempos de gloria con el cine mudo pero a la que sus cuerdas vocales le jugaron una mala pasada con la llegada del sonoro y ahora se encontraba, por así decirlo, fuera de plano. La actriz hizo lo que pudo y se presentó ante el cineasta de la guisa de una ingenua jovencita y tras preguntarle por el proyecto se ofreció para el papel de Eva. Don Cecilio, un tanto descortés, no pudo contener una carcajada y contestó a la Swanson de turno:
Con estos mimbres no es de extrañar aquella simpática historia que cuenta como en los años cuarenta se corrió por Hollywood el sólido rumor de que DeMille se encontraba preparando el rodaje de una película sobre "Adan y Eva". No tardó en presentarse ante el director uno de esas actrices que conoció tiempos de gloria con el cine mudo pero a la que sus cuerdas vocales le jugaron una mala pasada con la llegada del sonoro y ahora se encontraba, por así decirlo, fuera de plano. La actriz hizo lo que pudo y se presentó ante el cineasta de la guisa de una ingenua jovencita y tras preguntarle por el proyecto se ofreció para el papel de Eva. Don Cecilio, un tanto descortés, no pudo contener una carcajada y contestó a la Swanson de turno:
"En efecto, querida, voy a rodar un filme sobre Adan y Eva, pero para el reparto no preciso de sus contemporáneos".
La película finalmente no llegó a rodarse. Pero había tantas aspirantes a "Eva" que aquel mundo de las actrices caídas en el olvido sirivió de inspiración para crear una de las grandes películas de la historia del cine: "El crepúsculo de los dioses". En 1950 Billy Wilder recurrió al propio Cecil B. DeMille (la misteriosa B. es Blount) para que se interpretara a si mismo en esa película, adoptando un rol que ya había tenido que interpretar muchas veces en la realidad, el de director de éxito que era el último recurso de una actriz venida a menos con el cine sonoro y que pasados los años ansiaba un retorno triunfante a la gran pantalla. En la película esa actriz era la ficticia Norma Desmond a quien dio vida la inolvidable Gloría Swanson, ciertamente una vieja gloria que gracias a su espectacular actuación y muy al contrario que su personaje que bajaba las escaleras hacia el olvido definitivo, ella logró el aplauso de todos, salir del ostracismo y de camino bordar el papel por el que aun hoy es recordada. Se cuenta que la gran Barbara Stanwyck, tras el visionado de un pase previo al estreno de la película, se arrodilló ante la Swanson para besarle el bajo del vestido en señal de veneración y reconocimiento, impresionada como estaba por la calidad de su interpretación en "El crepúsculo de los Dioses".
En cualquier caso no lo tuvo fácil para hacerse con el papel, La Swanson tuvo que sufrir la humillación de someterse a un casting como si de una novata se tratase, recordó entonces su pasado como estrella absoluta de la Paramount, un estudio que le debía mucho y orgullosamente estuvo en un tris de negarse a sufrir aquella vergonzante prueba. Fue George Cukor el que la haría ver la luz con sus palabras:
Gloria Swanson y Cecil B. DeMille |
Gloria Swanson y Billy WIlder |
«Si te piden hacer diez pruebas, tú las haces; y si no, yo mismo te pegaré un tiro. En el futuro te recordarán por este papel».
Y es que como decía Norma Desmond en la película: "Nadie abandona a una estrella. Por eso es una estrella."
Algunos diálogos de la película no tenían deperdicio, era cine dentro del cine, era una mirada atrás a un pasado todavía no muy lejano y cuyos cadáveres todavía andaban por las calles. Como decía la excesiva Norma Desmond a Joe Gillis (William Holden) durante la película cuando este la reconoció como una estrella del pasado:
Joe Gillis - Usted es Norma Desmond. De las películas mudas. Era usted grande.
Norma Desmond - Soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas.
JG - Cada vez lo hacen peor.
ND - ¡Lo mataron! ¡Acabaron con é! Hubo una época en que poseían los ojos de todo el mundo. Pero eso era poco para ellos. También querían tener los oídos de todo el mundo. Abrieron sus bocazas y empezaron a hablar. Hablar. ¡Hablar!
JG - Y llega el negocio de las palomitas. Se compran una bolsa y a oír hablar.
ND - ¡Mire a los directores! ¡A los ejecutivos! Han matado a todos los ídolos. A Fairbanks, a Gilbert, a Valentino ¿A quién tenemos ahora? A unos don nadie
JG - No me culpe. Yo no dirijo. Sólo escribo.
ND - ¿Escribe? ¿Escribe guiones? Bueno, ¡escriba! Han hecho una cuerda con las palabras y han ahorcado al cine. Hay micrófonos para captar los últimos suspiros y Technicolor para fotografiar la lengua ensangrentada.
Gloria Swanson en 1924 - Retrato de Edward Steichen |
JG - No sabía que planeaba un retorno
ND - ¡Odio esa palabra! No se trata de un retorno. Es una reaparición ante los millones de personas que no me perdonan por haber abandonado la escena.
El papelito le valió a Gloria Swanson un globo de oro y su tercera nominación al Oscar, que aquel año, en el que competía con la soberbia Bette Davis de "Eva al desnudo" tuvo que ver como se lo llevaba, injustamente en mi opinión la hoy casi olvidada Judy Holliday por "Nacida ayer".
Norma Desmond bajando la escalera: "No puedo continuar la escena, soy muy feliz... Sr. De Mille permítame decir unas palabras... Gracias!. Sólo quiero decirles que estoy muy contenta de volver al estudio. ¡De hacer otra película! No saben cuanto les hecho de menos. Les prometo que no volveré a dejarles porque después de "Salomé" haremos otra película, y otra más. Porque mi vida es esto, solo esto, nada mas Esta es mi vida, siempre lo será... No hay nada más. Las luces, las cámaras, y la gente que mira en la oscuridad... Cuando quiera Sr. De Mille, estoy preparada para rodar"
Cecil B. DeMille besa a Gloria Swanson |
"Yo sucumbí a sus encantos cuando el cine no tenía sonido, como decía mi personaje de "Sunset Boulevard", solo cuando los actores poseíamos imagen, movimiento, garra...... No necesitábamos diálogos, teníamos expresión….. Era uno de los hombres más nobles, educados y rectos de cuantos he conocido en mi larga vida, y puedo asegurar que he conocido un buen número de ellos. Cuando me llegaba una propuesta para trabajar con DeMille, todo en mí se transformaba, era como si el cielo mismo entrase en mi residencia y todo se iluminara. No me importaba el dinero, o el personaje a interpretar, solo pensaba que Cecil me dirigiría, es todo. Cuando Wilder añadió en el guión de "El crepúsculo de los dioses", la secuencia en que Norma va a los Estudios Paramount, le di tantos besos en su rostro, que tuvo que lavarse la cara, para borrar parte de mi maquillaje. Wilder hizo una crítica tremenda sobre Hollywood, pero puedo asegurar que todo era cierto, casi idéntico al film, pero al entrar Cecil en escena, esa acidez fue tan dulce que aún hoy, al cabo de muchos años, siento ese encuentro como algo muy querido por mí. No me cabe la menor duda de que trabajar con él, fue lo más gratificante que me sucedió en mi carrera"
"¡No necesitábamos diálogos. Teníamos rostros!" (Norma Desmond) |
Joe Gillis (William Holden): - Vaya, es una gran señora la tal Norma Desmond.
Mayordomo (Stroheim):.- Era la mejor de todas, usted no se lo imagina, es muy joven. Recibía 17.000 cartas de admiradores por semana, acosaban a su peluquero por conseguir un rizo suyo; hubo un maraha que vino expresamente de la India para suplicarle que le diera una media... después se estranguló con ella.
Y entonces llegaron las cámaras:
Gloria Swanson - Aprox. 1920 |
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