lunes, 2 de noviembre de 2015
Ray Bradbury.- Crónicas marcianas
"¿Qué criatura es esta, pensaba, tan necesitada de cariño como nosotros? ¿Quién es y qué es esta criatura que sale de la soledad, se acerca a gentes extrañas y asumiendo la voz y la cara del recuerdo se queda al fin entre nosotros, aceptada y feliz?¿De qué montaña procede, de qué caverna, de qué raza, aún viva en este mundo cuando los cohetes llegaron de la tierra?"
"Así es. El hombre, decían, ha de afrontar la realidad. ¡Ha de afrontar el Aquí y el Ahora! Todo lo demás tiene que desaparecer. ¡Las hermosas mentiras literarias, las ilusiones de la fantasía, han de ser derribadas en pleno vuelo! Y las alinearon contra la pared de una biblioteca un domingo por la mañana, hace treinta años. Alinearon a Santa Claus, y al Jinete sin cabeza, y a Blanca Nieves y Pulgarcito, y a Mi madre la Oca... oh ¡qué lamentos! , y quemaron los castillos de papel y los sapos encantados y a los viejos reyes, y a todos los que "fueron eternamente felices", pues estaba demostrado que nadie fue eternamente feliz, y el "había una vez" se convirtió en "no hay más". ... La Bella durmiente despertó con el beso de un hombre de ciencia y expiró con el fatal pinchazo de su jeringa"
"... y dispuestos a dar a aquel mundo extraño una forma familiar, dispuestos a derribar todo lo insólito, escupieron los clavos en las manos activas, levantaron a martillazos las casas de madera, clavaron rápidamente los techos que suprimirían el imponente cielo estrellado e instalaron unas persianas verdes que ocultarían la noche"
"Cuando no se puede tener la realidad, bastan los sueños. No soy quizá la muchacha muerta, pero soy algo casi mejor, el ideal que ellos imaginaron"
"Los marcianos descubrieron el secreto de la vida entre los animales. El animal no discute su vida, vive. No tiene otra razón de vivir que la vida. Ama la vida y disfruta de la vida." (...) "También en Marte el hombre había llegado a ser demasiado humano, y no bastante animal. Los hombres de Marte comprendieron que si quería sobrevivir tenían que dejar de preguntarse de una vez por todas ¿Para qué vivir?. La respuesta era la vida misma, y vivir la mejor vida posible. Los marcianos comprendieron que se preguntaban ¿Para qué vivir? en la culminación de algún periodo de guerra y desesperanza, cuando no había respuestas"
"Si usted me pregunta si creo en el espíritu de las cosas usadas, le diré que sí. Ahí están todas esas cosas que sirvieron algún día para algo. Nunca podremos utilizarlas sin sentirnos incómodos. Y esas montañas, por ejemplo, tienen nombres...Nunca nos serán familiares; las bautizaremos de nuevo, pero sus verdaderos nombres son los antiguos. La gente que vio cambiar estas montañas las conocía por sus antiguos nombres. Los nombres con que bautizaremos las montañas y los canales resbalarían sobre ellos como el agua sobre el lomo de un pato. Por mucho que nos acerquemos a Marte, jamás lo alcanzaremos. Y nos pondremos furiosos, ¿y sabe usted qué haremos entonces? Lo destrozaremos, le arrancaremos la piel y lo transformaremos a nuestra imagen y semejanza (...) Nosotros, los habitantes de la Tierra, tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas"
Imagen: Zdzisław Beksinski
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