viernes, 5 de julio de 2013

Aproximación a la historia de la bossa nova. El auge del movimiento


Antonio Carlos Jobim, Miúcha, Vinicius de Moraes y Toquinho


Vinicius de Moraes, Antonio Carlos Jobim y João Gilberto pueden considerarse, como decíamos en la entrada anterior dedicada a la bossa nova, los “padres” del nuevo género musical que alanzó su plenitud en la década de 1960. Vinicius de Moraes (1913-1980), compositor, cantante, escritor, poeta, diplomático, había ganado en 1954 el Concurso del IV Centenario de São Paulo con su obra de teatro Orfeu da Conceição, que en 1959 llevaría al cine Camus (la ya mencionada película Orfeo Negro). Fue por aquella época cuando entró en contacto con Jobim, con quien escribiría algunas de las más bellas canciones de la música contemporánea. Tom Jobim (1927-1994) ya había llevado a cabo algunas grabaciones cuando conoció a Vinicius, si bien sería a partir de Chega de saudade (1958) que su prestigio iría en aumento progresivo. Hoy es considerado uno de los grandes compositores de música popular y a su talento se deben temas como Samba de uma nota só (con Mendoça), Triste, Fotografia, Águas de março, Samba do avião, Anos dourados (con Chico Buarque), Este seu olhar o Insensatez, además de las ya citadas Desafinado y Garota de Ipanema, estas tres últimas con Vinicius. Podemos ver a continuación un par de vídeos de un especial para la televisión suiza en el que Jobim, Vinicius, Toquinho y Miúcha interpretan el conocido tema Água de beber y Vai levando.



El estilo del “nuevo ritmo” rompía con los moldes tradicionales: era intensamente sincopado ―nadie como Gilberto a la guitarra hacía simple lo que en realidad era difícil de tocar ―, la voz, grave, suave y precisa constituía un instrumento más ―cuando no el fundamental (Veloso)― y el oyente se sentía inmerso en un mundo acogedor e íntimo. Miles Davis dijo de Gilberto que “sonaría bien incluso leyendo un periódico”. Todo ello estaba muy alejado del tipo de música que las discográficas hacían, por lo que la bossa no fue objeto de admiración por su parte hasta que no se convirtió en un fenómeno internacional.
A partir de aquí la historia de la bossa nova es una sucesión de temas increíbles, llenos de sensibilidad y talento, con intérpretes excepcionales, y al mismo tiempo una muestra de identificación cultural única. La bossa dejó de ser la música de unos jóvenes de clase media para representar la diversidad del país. Por eso, cuando en 1964 un golpe militar derribó el gobierno brasileño y lo sustituyó por un régimen autoritario y represivo, el movimiento de los compositores de bossa nova se desarrolló en diversas direcciones y algunos de involucraron directamente en la política: Carlos Lyra, Nara Leão, Chico Buarque, Marcos Valle... Así, Carlos Lyra encabezó el movimiento bossa durante su etapa más activista con canciones como Pobre menina rica. Chico Buarque tuvo que exiliarse en 1969, tras haber sido arrestado en 1968. Un año después grabaría el conocido tema A pesar de você (“Apesar de você / amanhã há de ser / outro dia. / Eu pregunto a você / onde vai se esconder”), que se convirtió en un himno de la oposición al régimen militar.


En 1965, con el auge de la música pop-rock en todo el mundo, empezó la era de los festivales musicales brasileños. En el siguiente video, Marilia Medalha y Edu Lobo interpretan Ponteio en la final del Festival da Música Popular Brasileira de 1967.


A finales de la década de los setenta, Nara Leão dio otro giro artístico y participó en el breve pero influyente movimiento de Tropicália, con Gilberto Gil, Caetano Veloso y otros. Una nueva generación entraba en escena. Tropicália debe su nombre a Caetano Veloso, quien lo tomó del artista de vanguardia Hélio Oiticica, y representa la fusión de los plácidos ritmos de la bossa nova, el vértigo alucinado de la psicodelia y los instrumentos eléctricos de las bandas de pop de la época. El álbum colectivo Tropicália ou Panis et Circensis puede considerarse el manifiesto de este movimiento. Sus representantes más significativos son Caetano Veloso, Maria Bethãnia, Gilberto Gil, Gal Costa, Os Mutantes, Tom Zé y Nara Leão, entre otros. A continuación Caetano Veloso interpreta su famoso tema Tropicália.



A pesar del poco tiempo que duró el movimiento, Tropicália supuso un revulsivo en la música brasileña y la acercó a las nuevas corrientes musicales entonces en auge entre la juventud, pero sobre todo fue la constatación de la enorme influencia ejercida por la bossa nova, la cual, diez años después de Chega de saudade, no mostraba síntoma alguno de cansancio, es más: las mejores páginas de su historia estaban aún por escribir.

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