El 24 de febrero de 1818, un jovencísimo Chopin de tan sólo 8 años, debutaba en Varsovia. Su madre para la ocasión le escogió un trajecito que iba adornado con una elegante chorrera de encaje que lucía alrededor del cuello. Antes de tocar todos le alabaron su elegante presencia, incluso el joven Chopin se sentía esplendoroso con aquellas ropas. Cuando terminó el concierto el éxito fue inmenso y la gente aplaudía de forma entusiasta al joven genio del piano que se mostraba por primera vez ante sus ojos. Chopin, algo tímido, corrió hacia su madre y abrazándola le dijo:
"Todo te lo debo a ti, mamá: debe haber sido la chorrera que me hiciste lo que les ha gustado tanto…"
Con el tiempo llegaría a ser uno de los grandes genios del piano y nos dejaría el regalo de sus valses, mazurkas, polonesas, baladas y nocturnos… Os dejo un poco de su magia en las manos de Valentina Lisitsa.
Nocturno - op. 9 nº 2
Maravilloso blog amigo
ResponderEliminar¡Me alegra que te guste! Un saludo
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