jueves, 31 de enero de 2013
Baudelaire, un poeta con el pelo verde
En una cita con Gautier, para almorzar en un restaurante de moda, Baudelaire se presenta con el pelo pintado de verde. Sin duda piensa epatar a su amigo y al público en general. Pero transcurre el almuerzo, hablan de cosas y Gautier no da signos de asombro ni de sorpresa:
–Pero ¿tú me has mirado bien, no me notas nada en la cabeza?
–No, la verdad.
–Llevo el pelo verde.
–Ah, bueno, como todo el mundo. Está de moda en París.
Gautier, amigo íntimo de Baudelaire (a él está dedicado el libro Las flores del mal, con elogios excesivos, por cierto), conoce bien al poeta y sus cosas, y no está dispuesto a dejarse epatar una vez más. ¿Por qué tenía Baudelaire, además de su grandeza poética, o quizá pese a ella, esa necesidad de sorprender, de asombrar, de ser diferente?
FRANCISCO UMBRAL, ¿Y cómo eran las ligas de Madame Bovary?, Destino, Barcelona, 2003, pág.15
Me encanto tu tèrmino epatar = asombro, admiraciòn. Gracias siempre se aprende algo
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