Precedía el nacimiento del día pues era la mensajera del Sol. Eos utilizaba sus rosados dedos para abrir las puertas de oriente, esparcir el rocío entre las hojas o hacer florecer las plantas. Morfeo, dios de los sueños y las demás diosas de la noche huían ante su presencia. Eos era hermana de Helios, dios del sol, y de Selene, diosa de la luna y sus padres fueron Titán y Gea. A menudo se la representaba de forma similar a Apolo, montada sobre un carro con cuatro caballos blancos y con un traje amarillo. Era una joven muy bella
Eos se enamoró de Titón, hijo de Laomedón y hermano de Príamo, y pidió a Zeus que se le concediese la inmortalidad pero se olvidó de solicitar también que Titón no envejeciera jamás. Así, con el paso del tiempo Titón se convirtió en un anciano decrépito que llegó a necesitar cuidados de bebé durmiendo en una cuna, de tal modo que prefería morir. Terminó siendo convertido en un saltamontes. Sin embargo, Eos pronto cubrió su pérdida con otros personajes como Ganímedes, Céfalo, descendiente de Deucalión, Clito, Orión, Astreo... todos los cuales le dieron descendencia, y, sobre todo el citado en último lugar, con quien tuvo todas las estrellas del firmamento.Y es que, Eos estaba condenada al enamoramiento eterno. Un día, Afrodita encontró a Eos haciendo el amor con Ares. De hecho, reparó Afrodita en unos musculosos glúteos que se agitaban y los reconoció de inmediato pues estaba acostumbrada a verlos en un gran espejo de plata que había sobre su lecho. Este increíble artilugio fue un regalo de Hefestos, el herrero divino, en recuerdo de sus mejores noches.
Así, Afrodita reconoció de inmediato las prominentes nalgas de Ares, su amante favorito. Lo tenía ante su vista, en el lecho amoroso de la divina Eos sin darse cuenta de la presencia de la diosa que les miraba con ojos llenos de ira. Se dice que la diosa irritada echó tremenda maldición a Eos por esta faena. "A partir de ahora, sentirás un deseo irrefrenable por los jóvenes mortales. Y este deseo será insaciable y para siempre." Estas se cree que fueron las palabras de Afrodita.
Esta sólida teoría explica la querencia de los jóvenes que deambulan de un lado para otro en la oscuridad de la noche hasta que sale el sol. Para entonces ya se habrán ido todos a dormir., amante habitual de la primera, y por eso Afrodita se vengó con tan dulce castigo.
Imagen: Eos.- William Adolphe Bouguereau
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