"Aquel día, sin ningún motivo decidí salir a correr un poco. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué allí, pensé que podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué allí, pensé que podría cruzar el condado de Greenbow. Y luego pensé ya que he llegado hasta aquí, también podría cruzar el gran Estado de Alabama. Y eso hice, cruzar todo el Estado de Alabama. Y sin ningún motivo seguí corriendo. Y llegué hasta el océano. Cuando llegué allí, pensé: ya que he llegado hasta aquí podría dar la vuelta y seguir corriendo. Y cuando llegué hasta otro océano, pensé ya que he llegado hasta aquí podría volver a dar la vuelta y seguir corriendo. Cuando me cansaba dormía. Cuando tenía hambre, comía. Cuando tenía que ir... ya sabes, iba."
"Cuando corro soy como el viento. Desde ese día, si tenía que ir a algún sitio... ¡iba corriendo!"
Esa pequeña maravilla que es la película "Forrest Gump" atesora momentos maravillosos, pero sin duda, despues de muchos años corriendo, y otros tantos deseando volverlo a hacer, esos minutos en los que Forrest echa a correr por el simple placer de correr, son mis preferidos.