"Y
llego a los campos y extensos recintos de la memoria, donde están los
tesoros de innumerables imágenes tomadas por los sentidos. Allí también
me encuentro "conmigo mismo" y me acuerdo de mí y de qué hice, cuándo y
dónde y de qué modo estaba afectado cuando lo hice (...) y de allí viene
la capacidad de pensar, construir imágenes del pasado y preveer el
futuro"
(Agustín de Hipona.- Confesiones, libro X)
Esta
durísima película nos muestra a Alice, una prestigiosa lingüista,
profesora universitaria casada y madre de tres hijos mayores, que con
cincuenta años parece disfrutar de una vida perfecta. Cuando comienza a
observar lapsus de memoria, palabras que no logra alcanzar - algunas de
ellas en las clases universitarias que imparte, o en conferencias en las
que es reclamada- consulta a un neurólogo y es informada de que padece
alzheimer prematuro, con un origen genético. A partir de entonces sólo
podrá ir olvidándose de sí misma, gradual pero conscientemente;
aferrándose a sus propios recuerdos, no podrá evitar ir perdiéndolos y
perdiéndose a sí misma con ellos. Al principio de su inmersión en el
olvido Alice musita: "Veo las palabras colgando delante de mí y no logro
alcanzarlas" Y se rebela contra su destino, siempre trágico, pero
especialmente inaceptable para alguien que ha vivido de y para las
palabras. En un momento determinado grita que todo aquello que ha ido
aprendiendo y perfeccionando durante toda su vida se perderá
irremediablemente. Cuando su hija Lydia le pregunta qué siente
realmente, ella le contesta:
"Siento
que no puedo hallarme a mi misma. Siempre he sido definida por mi
intelecto, mi lenguaje, mi articulación... y ahora, en ocasiones, puedo
ver las palabras colgando en frente de mí... y no puedo alcanzarlas. Ya
no sé quién soy yo y no sé dónde... me perderé la próxima vez"
Al ser la primera vez que alguien le pregunta cómo se siente con lo que le está ocurriendo, Alice da las gracias a su hija.
Irremediablemete,
Alice llega apenas a ser ella, y su yo parece desaparecer del todo
cuando se pierden sus más queridos recuerdos, las imágenes de su pasado
a las que parece aferrarse con más ansia, como si con ellas se
evaporara todo lo que fue y lo que es: primero, sus padres y hermana,
caminando con ella por la playa. Al final, antes de un aterrador fundido
en blando, tan sólo ella y su hermana, fallecida muy joven con su madre
en un accidente, abrazadas paseando sobre la arena. Después la nada.
Os
dejo el discurso de Alice en el que es quizá el momento más conmovedor
de la película. La ex-profesora, cuando apenas puede escribir lo que
quiere decir, cuando repite la misma frase una y otra vez al intentar
leer, es invitada a un congreso sobre la enfermedad, y prepara un
discurso que le lleva días. Para poder leerlo, va subrayando cada frase
pronunciada para evitar volver sobre ella una y otra vez.
Estas son sus palabras:
"Buenos días.
Es
un honor estar aquí. La poetisa Elizabeth Bishop una vez escribió "el
arte de perder no es tan duro de dominar. Muchas cosas parecen fallar
con el intento de la pérdida, pero la pérdida no es un desastre... "
No
soy una poetisa, soy una persona viviendo con Alzheimer prematuro y
como esa persona, me he hallado aprendiendo el arte de perder, cada día.
Perdiendo mis pertenencias, perdiendo objetos, perdiendo el sueño, pero
principalmente perdiendo recuerdos.
Creo
que trataré de olvidarme que eso ha pasado. Toda mi vida, he acumulado
recuerdos, vienen a ser de alguna manera, mi más preciada posesión. La
noche que conocí a mi esposo, la primera vez que tuve mi libro de texto,
en mis manos. Teniendo a mis hijos, haciendo amistades, viajando por el
mundo.
Todo lo que he
acumulado en la vida, todo por lo que trabajé, ahora todo eso me ha sido
arrancado. Como pueden imaginar, o como pueden saber, esto es el
infierno. Pero se pone peor.
¿Quién
nos tomaría en serio, cuando estamos tan lejos de lo que una vez
fuimos? Nuestros extraños comportamientos, nuestros titubeos, cambiando
la percepción de nosotros.
Y
la percepción de nosotros mismos. Nos convertimos en ridículos,
incapaces, cómicos, pero esto no es lo que somos. Esto es nuestra
enfermedad, y como cualquier enfermedad, tiene una causa tiene una
progresión, y podría tener una cura.
Mi mayor deseo es que mis hijos, nuestros hijos, la próxima generación, no se enfrente a lo que me estoy enfrentando.
Pero
por el momento sigo viva, sé que estoy viva. Tengo gente que quiero en
serio, tengo cosas que quiero hacer en mi vida. Luchar contra mí, por no
ser capaz de recordar cosas. Pero sigo teniendo momentos en el día de
pura felicidad y alegría. Y por favor, no piensen que estoy sufriendo.
No estoy sufriendo, estoy luchando.
Luchando
por ser parte de las cosas, por seguir conectada con quien fui una vez.
Viviendo el momento es lo que me digo, es realmente todo lo que puedo
hacer. Vivir el momento y no
exigirme
demasiado por dominar el arte de perder. Una cosa de la que si trataré
de acordarme, es el recuerdo del discurso que di hoy.
Se
irá, sé que lo hará, quizá para mañana, pero significa mucho el hablar
aquí hoy, como mi vieja y orgullosa yo, que estaba fascinada por la
comunicación.
Gracias por esta oportunidad, significa el mundo para mí."