sábado, 22 de noviembre de 2014

Salvados por el latín




Parece ser que en los últimos años del franquismo hubo un serio intento de desterrar el latín de los planes de estudio, algo que evidentemente no ocurrió, ya que todavía recuerdo mis problemas con el rosa rosae y las declinaciones. El caso es que ante esa propuesta hubo una gran oposición por parte de los estamentos universitarios. Un día, coincidiendo con esa marejada, José Solís Ruiz, que por entonces era Ministro General del Movimiento tuvo la oportunidad de cambiar unas palabras con Adolfo Muñoz Alonso, Rector de la Universidad Complutense y el Ministro no tuvo otra ocurrencia que preguntarle al Sr. Rector qué utilidades podía encontrar él en el estudio de una lengua muerta como el latín. La respuesta no se hizo esperar y Muñoz, sin inmutarse le dijo:

"Entre otras cosas, para que a los nacidos, como usted, en Cabra (Igabrum en latín) , se les llame egabrenses, y no otra cosa"

No me extraña que este mismo Ministro se convirtiera desde entonces en el primer defensor del latín. Para él desde luego no era cosa de broma.