miércoles, 6 de marzo de 2013
Jaime Sabines.- Si sobrevives
Si sobrevives, si persistes, canta,
sueña, emborráchate.
Es el tiempo del frío: ama,
apresúrate. El viento de las horas
barre las calles, los caminos.
Los árboles esperan: tú no esperes,
éste es el tiempo de vivir, el único.
Fiódor Mijáilovich Dostoyevski.- Fragmento en prosa
"Perdone que se lo diga otra vez, pero no puedo dejar de venir aquí mañana. Soy un soñador.
Hay en mí tan poca vida real, los momentos como éste, como el de ahora, son para mí tan raros que me es imposible no repetirlo en mis sueños.
Voy a soñar con usted toda la noche, toda la semana, todo el año. Mañana vendré aquí sin falta, aquí mismo, a este mismo sitio, a esta misma hora, y seré feliz, solamente, recordando el día de hoy."
Charles Baudelaire.- Embriáguense
Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión.
Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad
huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan
pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que
gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el
viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo,
¡embriáguense, embriáguense sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.
Rossini y el vino
El gran compositor italiano Giocchino Rossini (1792-1868), conocido especialmente por sus óperas cómicas, era además un consumado gastrónomo. Tanto amor sentía por este otro arte, que dio nombre a diferentes platos como el "Tournedos Rossini" del que ya hablaremos en una próxima entrada. Sobre este personaje existen infinidad de anécdotas acerca de su querencia por el buen comer; una de ellas cuenta como Rossini, gran degustador de vinos, en 1864 recibió de su buen amigo, el Barón Rothschild, unos racimos de las maravillosas uvas de sus invernaderos como regalo, a lo que el sibarita de Rossini contestó cortésmente:
-¡Gracias! Su uva es excelente, pero no me gusta mucho el vino en pastillas-
El Barón entendió la indirecta, y le gustó tanto este divertido comentario, que hizo mandar enseguida al Maestro un tonelete de su mejor "Chateau-Lafitte".
En otras ocasiones, cuando se le ofrecían uvas solía rechazarlas en modo similar, diciendo al respecto que no le gustaba "el vino crudo".
Con esta entrada continúa su andadura "Un mundo en la cocina" una página fantástica sobre todo lo relacionado con el mundo de la cocina, su historia, sus grandes chefs, trucos, recetas y todo aquello que hace de este mundo un verdadero arte. Os recomiendo que paséis por ella. El link:
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