domingo, 7 de abril de 2013

Oliver Sacks.- El hombre que confundió a su mujer con un sombrero



"Pareció también decidir que la visita había terminado y empezó a mirar en torno buscando el sombrero. Extendió la mano y cogió a su esposa por la cabeza intentando ponérsela. ¡Parecía haber confundido a su mujer con un sombrero! Ella daba la impresión de  estar habituada a aquellos percances. Yo no podía explicar coherentemente lo que había ocurrido de acuerdo con la neurología convencional (o neuropsicología). El doctor P. parecía estar por una parte en perfecto estado y por otra absoluta e
incomprensiblemente trastornado. ¿Cómo podía, por un lado, confundir  a su mujer con un sombrero, y, por otro, trabajar, como trabajaba al parecer, de profesor en la Escuela de Música? "

(...) "No identificó en realidad a nadie: ni a su familia ni a los colegas ni a los alumnos; ni siquiera se reconocía él mismo. Identificó en una foto a Einstein por el bigote y el cabello característicos; y lo mismo sucedió con una o dos personas más.
—¡Ah sí, Paul! —dijo cuando le enseñé una foto de su hermano—.
Esa mandíbula cuadrada, esos dientes tan grandes... ¡Reconocería a Paul en cualquier parte!
¿Pero había reconocido a Paul o había identificado uno o dos de sus rasgos y podía en base a ellos formular una conjetura razonable sobre su identidad? Si faltaban «indicadores» obvios se quedaba totalmente
perdido. Pero no era sólo que fallase la cognición, la gnosis; había algo fundamentalmente impropio en toda su forma de proceder. Abordaba  aquellas caras (hasta las más próximas y queridas) como si fuesen
pruebas o rompecabezas abstractos. No se relacionaba con ellas, no contemplaba. Ningún rostro le era familiar, no lo veía como correspondiendo a una persona, lo identificaba sólo como una serie de elementos, como un objeto. Así pues, había gnosis formal pero ni rastro de gnosis personal. Y junto a esto estaba su indiferencia o ceguera, a la expresión. Un rostro es, para nosotros, una persona que mira... vemos,
digamos, a la persona, a través de su persona, su rostro. Pero para el  doctor P. no existía ninguna persona en este sentido... no había persona exterior ni persona interior."

(...) "Nada le parecía familiar. Visualmente se hallaba perdido en un mundo de abstracciones sin vida. No tenía en realidad un verdadero mundo visual, lo mismo que no tenía un verdadero yo visual. Podía
hablar de las cosas pero no las veía directamente."

Persona.- Ingmar Bergman, 1966



“¿Crees que no lo entiendo? El sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser. Consciente en cada momento. Vigilante. Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y para ti misma, el sentimiento de vértigo y el deseo constante de, al menos, estar expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada. Cada palabra una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca.”

Winston Churchill y los venenos

Winston Churchill y Bernard Law Montgomery

 
Una vez Winston Churchill acudió junto a Nancy Witcher Langhorne Astor (la primera mujer que accedió a la Cámara de los Comunes) a visitar a los Duques de Marlborough en su castillo de Blenheim. Las relación entre el premier británico y Lady Astor no era precisamente buena, de hecho ambos se llegaron a reconocer en más de una ocasión como enemigos políticos. Durante esa visita a los duques se cuenta que Lady Astor le comentó:

- Si usted fuera mi marido yo le daría veneno en el desayuno.
  Churchill, como siempre agudo e ingenioso, le respondío: 
- Señora, si usted fuera mi esposa yo no dudaría en tomármelo”.


Dos de los grandes personajes ingleses de la Segunda Guerra Mundial fueron sin duda Winston Churchill y Bernard Law Montgomery a los que podemos ver en la foto que acompaña el texto. En cierta ocasión el mariscal Montgomery que tenía una fuerte rechazo hacia el tabaco e inevitablemente chocaba frontalmente con la afición a los cigarros de Winston Churchill, se dirigió a este y le dijo:

— Yo no bebo ni fumo. Duermo bastantes horas. Por eso estoy en forma al ciento por ciento.
  Y Churchill respondió
  — Yo bebo mucho, duermo poco y fumo un cigarro tras otro. Por eso estoy en forma al doscientos por ciento.


En otra ocasión le advirtieron a Churchill, dada su afición a los puros, si era conocedor de que el tabaco era un veneno lento y el contestó con sus muchos años !Y tan lento! Murió con 91años.  (Esta última la cito de memoria y puede haber diferencias con la original, pues hace mucho que la leí y no logro encontrar la anécdota en internet)

De amores, pan, cebolla y pirámides

Curiosamente, las maravillosas pirámides de Egipto deben mucho a las bondades de la cebolla. Parece ser que las cebollas egipcias eran dulces y se ingerían crudas, acompañadas de algo de pan, como único desayuno. Los faraones, la tenían como un gran complemento energético y nutritivo, motivo por el cual, pasado el desayuno, también la suministraban en grandes cantidades a los obreros que se encargaban de levantar aquellas interminables estructuras. Tan arraigado está este alimento en Egipto, que incluso hoy se mantiene el consumo de cebolla cruda como principal acompañamiento para el pan. 
Y es que siempre ha sido un alimento socorrido para calmar el hambre de los más desfavorecidos. Así no es de extrañar que se hiciera tan famoso el dicho de "Contigo pan y cebolla" que alude al sacrificio del bienestar por el amor, (los enamorados siempre tan frugales) y asocia el consumo de la cebolla con la pobreza. La profesora Carmen Simón aseguraba que en otros tiempos, se podía identificar rápidamente a un villano por el olor a ajo y cebolla que desprendía. Sin duda la necesidad siempre crea perversas etiquetas.

La frase "Contigo pan y cebolla" hizo fortuna en la literatura y por poner algún ejemplo, mencionaremos a Manuel Eduardo de Gorostiza quien publicó una comedia con este título en 1833 o Benito Pérez Galdós en su libro "Tristana" (1892), donde refleja este dicho en el siguiente párrafo:

"¡Vaya, que a una mujer de tu temple salirle con la monserga de las tijeras y el dedalito, de la echadura de huevos, del amor de la lumbre, y del contigo pan y cebolla! Mucho cuidado, hija mía, mucho cuidado con esas seducciones para costureras y señoritas de medio pelo..."

Otro ejemplo en la literatura lo hayamos en "La forja de un rebelde"(1958) del pacense Arturo Barea:

"Vea usted, Rafael, lo que se ha perdido. No puede uno enamorarse. Eso de contigo pan y cebollas es un cuento. El domingo se viene su mujer y usted a comer a casa. Ya le diré yo a Emilia que prepare algo bueno"

Existe una variante de este refrán que dice así: "Contigo, pan y cebolla, y con la otra, ni olla".

Pero también es cierto que a veces ni siquiera había pan y todo era cebolla, como nos recuerdan aquellas famosas y dolorosas "Nanas de la cebolla" que Miguel Hernández dedicaba desde la cárcel a su esposa e hijo. Imposible olvidarla:

"La cebolla es escarcha / cerrada y pobre. / Escarcha de tus días / y de mis noches. / Hambre y cebolla, / hielo negro y escarcha / grande y redonda".

Pero como todo, la simbología de las cosas depende de quien la mire, y así después de haber ayudado a los más pobres a levantar las pirámides, también estaba presente en las mesas de ofrendas a los difuntos ricos del país del Nilo, donde este bulbo aparece como representación de la vida eterna. Decían que su olor estimulaba la respiración de los muertos y como no, a llorar a sus dolientes.



Picasso por él mismo (Citas)

 


"Todo lo que puede ser imaginado es real."

"Un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un [artista], en cambio, es un hombre que vende lo que pinta."

"Yo hago lo imposible, porque lo posible lo hace cualquiera."

"Yo no busco; yo encuentro."

"Con la gente que me resulta indiferente solo soy amable"

"Hay dos clases de mujeres: diosas y felpudos"

"Un hombre tiene la edad de la mujer que ama"

"Desde niño pintaba como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño"

"Cuando dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida."

"Cuando comienzas un retrato y buscas una forma pura, un volumen limpio, a través de eliminaciones sucesivas, llegas inevitablemente al huevo. Del mismo modo, comenzando con el huevo y siguiendo el mismo proceso a la inversa, terminas con el retrato".

"Cuando no tengo rojo, pongo negro."

"Cuando se es joven, se es joven para toda la vida".

"Cuando yo era pequeño mi madre me decía: Si te haces soldado llegarás a general, si te haces cura, llegarás a ser Papa. En cambio de todo eso decidí ser pintor y me convertí en Picasso."

"El arte es la mentira que nos ayuda a ver la verdad."

"El arte no es casto, debería prohibírselo a los ignorantes inocentes, no poner jamás en contacto con él a quienes no están suficientemente preparados. Sí, el arte es peligroso. Si es casto, no es arte."

"El principal enemigo de la creatividad es el buen gusto"

"El que se guarda un elogio, es porque se lo merece."

"En cuestiones de pintura un experto sólo puede dar malos consejos porque ellos son los únicos con derecho a equivocarse."

"La acción es la llave fundacional de todo éxito."

"La calidad de un pintor depende de la cantidad de pasado que lleve consigo."

"La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando."

"La pintura es más fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere"

"La pintura no ha sido hecha para decorar los departamentos. Es un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo."

"Los grandes artistas copian, los genios roban."

"No hay arte abstracto. Siempre hay que empezar con algo. Después puede eliminar todos los rastros de la realidad."

"¿Qué es el arte? Si lo supiera, tendría buen cuidado de no revelarlo."

"Yo no pinto lo que veo, pinto lo que pienso."

"Yo no evoluciono, yo soy. En el arte, no hay ni pasado, ni futuro. El arte que no está en el presente no será jamás."

"Los ordenadores son inútiles. Sólo pueden darte respuestas."


Leopoldo María Panero.- cita




"Ay de aquel para el cual el otro haya dejado para siempre de ser un misterio, y se transforme en un libro abierto: este hombre ha muerto para el amor."

Leopolodo María Panero.-El contorno del abismo.

Imagen: René Magritte.- Los amantes II

Ludwig Wittgenstein.- Observaciones



"No podemos decir la verdad, si aún no nos hemos conquistado a nosotros mismos. No podemos decirla, pero no porque aún no seamos lo suficientemente inteligentes, la verdad solo puede ser dicha por quien ya se siente como en casa con ella; no por quien aún vive en la falsedad, que no hace más que intentar alcanzarla desde la falsedad."

"Por lo que más quieran, ¡no tengan miedo de decir cosas sin sentido! Tan solo no dejen de prestar atención a su sinsentido."

Observaciones. Ludwig Wittgenstein.