miércoles, 20 de febrero de 2013

Poema "Callejón del agua" - Carmen Rubio López


CARMEN RUBIO LÓPEZ (España)
CALLEJÓN DEL AGUA (Granada)

I

Fulge la tarde. Se orea.
Hay gatos en la azotea;
zalemas trae el alcor.
Mirto y laurel. La blancura
de la cal se transfigura
en el vidrio de un balcón.

Al zaguán y al callejón,
donde la siesta hace nido,
les va creciendo en la umbría
una fuente de interior,
y tras de la celosía
un sucesivo rumor
le va cambiando la voz
al cañaveral del río.

Se desmaya en las aceras
el eco de una canción.
Por el callejón del agua,
cruje que cruje una enagua
de puntillas que flirtea
con los flecos de un mantón.

Rosales. Los patios mudos.
Pereza sobre el brocal
de un pozo. Suena un reloj.
Siete largas campanadas
contra la plaza. Cendal
de un inmensurable abril.
Goza el aire en el añil
que hace aspavientos de sol.

La tarde ya está al caer
sobre el alcor; oriflama
de la luz que se derrama
por las cancelas. Frescor
de arrayanes. Luna y reja.
Un surtidor que se queja.
Verdinegro fondo. El agua
lleva sonámbula voz.

II

La luz se muere a raudales.
Por el callejón del agua
-rumores de yerbabuena-
alguien desgrana una pena
larga, lo mismo que el mar.

Canela, flor de azahar,
una niña baila sola,
-arabesco, caracola-
¡Ay del mimbre de su talle,
ay, del vuelo de su enagua
como espuma entre las olas!

Albahaca, menta y limón;
del jazmín su trasminar.
Mece el aire los terrados
con ecos de sombra y luna.
Un reloj dice: la una.
Se despereza un brocal.
Se oye, en un patio, una voz.

Por esquinitas de nadie,
el viento su queja calla.
Marcha la noche sin prisa.
¡Romero, yerbaluisa...!
dice el callejón del agua.


El poema es obra de nuestra poetisa y amiga Carmen Rubio López y fue premio "Ciudad de Dueñas" Palencia. ¡Gracias Carmen! 

 El cuadro es obra de Francisco García-Valenzuela B. de C. y en el se puede ver El callejón del Agua, del Albaicín granadino.

Su amor no era sencillo (Microrrelato) - Mario Benedetti



"Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales"