miércoles, 23 de enero de 2013

Goethe, Beethoven y la realeza


Goethe y Beethoven coincidieron en 1812 en el Balneario de Teplice (Teplitz), hoy en territorio de la Republica Checa. Beethoven solía frecuentar los balnearios para calmar sus dolencias físicas y Teplitz era famoso por su spa, con aguas termales muy apreciadas por sus supuestas propiedades curativas. Por la misma razón era también un lugar frecuentado por la nobleza y la alta sociedad austriaca, incluida la familia imperial y su corte.

El caso es que una vez se encontraron Goethe y Beethoven se decidieron a dar un paseo en coche de caballo. La calle estaba totalmente abarrotada de gente, que al reconocer a estos dos grandes genios los saludaban efusivamente. 

- Es molesto ser tan conocido y célebre -dijo Goethe al músico- ahora me saluda todo el mundo
- No les haga caso - contestó Beethoven-; tal vez me saludan a mí

Está anécdota hay quien la refiere como ocurrida en el Balneario de Karlsbad en 1807, aunque la más famosa ocurrida entre los dos genios sí que es unánimemente ubicada en Teplitz e incluso es conocida como "El incidente de Teplitz":
 
Al parecer Goethe y Beethoven salieron a dar un paseo por un parque cuando sorpresivamente se encontraron con la familia imperial austríaca. Goethe se apartó bruscamente de su acompañante al que dejo con la palabra en la boca, y se cuadró casi como un militar para saludarlos. Beethoven por el contrario, se encasquetó el sombrero todo lo que pudo, se ajusto el abrigo y cruzo sus manos a la espalda y siguió andando en línea recta por la avenida. Los príncipes no tuvieron otro remedio que apartarse para dejar paso al músico, el archiduque Rodolfo se quitó el sombrero, la emperatriz incluso esbozo una sonrisa y luego continuaron su paseo. Cuando Beethoven volvió la vista atrás, vio como Goethe se inclinaba ante la familia imperial y balanceaba su sombrero ante ellos. 
Cuando se volvieron a reunir segundos después Goethe y Beethoven, este ultimo recriminó así al autor de Fausto:

- ¿Por qué has dejado el camino a estos hombres? Ellos no son nada. Morirán consigo mismos. Nosotros viviremos siempre. Los nombres de Goehte y Beethoven los repetirán muchas generaciones venideras

Sin duda Beethoven era un hombre de carácter, sabedor de su propia valía, así no es extraño que tras este encuentro Goethe escribiera a Christiane von Goethe las siguientes palabras para resumir la impresión que le había producido el músico:

"Nunca he visto un artista más concentrado, lleno de energías e intenso. Puedo comprender muy bien que su relación con el mundo sea extraña".

 

Como representación musical de este genio que es Beethoven, he intentado apartarme de los territorios excesivamente trillados y abajo os propongo el intenso tercer momento de su sonata "Claro de luna" - opus 27-, un movimiento mucho menos lírico aunque mucho más cargado de energía que el primero de la misma sonata, muy conocido por todos. Al piano Valentina Lisitsa: