domingo, 15 de septiembre de 2013

El Rey Pescador (Terry Gilliam, 1991)



"La historia del Rey Pescador comienza cuando, siendo niño, el rey tiene que pasar una noche solo en el bosque para demostrar su valor y poder convertirse en rey. Mientras pasa la noche solo le sorprende una visión sagrada: en la hoguera se le aparece el Santo Grial, símbolo de la gracia divina de Todopoderoso, y una voz le dice al niño: "Tu custodiarás el Grial para que pueda curar el corazón de los hombres". Pero el muchacho quedó cegado por la visión más impresionante de una vida llena de poder, gloria y belleza. Y en un estado de inmenso asombro sintíose no como un niño, sino invencible. Como Dios. Se acercó a la hoguera para coger el Grial y el Grial desapareció, quedando su mano en el fuego que le produjo grandes quemaduras. A medida que el niño crecía, la herida se hacía más profunda, hasta que un día la vida perdió aliciente para él, ya no tenía fe en los hombres ni en sí mismo. No podía amar ni ser amado. Estaba hastiado por sus experiencias y empezó a morirse. Cierto día, un tonto entró en el castillo y encontró solo al rey. Y al ser tonto era un ingenuo y no vio que era el rey. Sólo vio a un hombre a solas, lleno de dolor, y le preguntó al rey: "¿Qué te aflige, amigo?". Y el rey le respondió: "Estoy sediento. Dame agua para refrescar mi garganta". Y el tonto cogió una copa que estaba junto a su lecho, lo llenó de agua y se lo dio al rey. Y cuando el rey comenzó a beber se apercibió que la herida estaba curada. Miró a sus manos y allí estaba el Santo Grial que había buscado durante toda su vida. Se volvió hacia el tonto y le dijo: "¿Cómo has encontrado tú lo que mis más valientes hombre no han podido?". Y el tonto respondió: "No lo sé. Sólo sé que tú tenías sed"".

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